Fomentar una buena alimentación en la infancia hará que los niños se conviertan en adultos saludables y conscientes de su nutrición. Además, ayuda a evitar la obesidad infantil, pues de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2016 más de 41 millones de niños menores de cinco años tenían sobrepeso, y se estima que en 2025 la cifra aumentará a 70 millones.