Un grupo de científicos se dedicó durante 10 años a probar más de 400 genes que se han relacionado con trastornos del desarrollo neurológico. Entre ellos se encontraban los relacionados con el autismo, un espectro de trastornos que perjudican la capacidad de interactuar y comunicarse con los demás. Su identificación podría ayudar a diseñar tratamientos para el desarrollo del cerebro.