Tras dos días de enfrentamientos y asesinatos por venganza entre fuerzas del actual gobierno sirio y de leales al derrocado Bashar al Assad, la cifra de víctima ha superado los 1,000 fallecidos, según agencias. Es uno de los episodios más letales desde que comenzó el conflicto en Siria hace 14 años. Assad era un protector de las minorías étnicas y religiosas de Siria, un país multirreligioso y multiétnico.