Desde que somos pequeños se nos enseña que debemos evitar, o al menos consumir con poca frecuencia, alimentos como los caramelos, las galletas dulces o saladas, las rosquillas, las patatas fritas, las hamburguesas y todo lo que se conoce como "comida chatarra". Esta alerta se establece como uno de los principales mandatos para cuidar nuestra salud, ya que las consecuencias de la comida chatarra consumida en exceso pueden ser realmente peligrosas.