El hombre, de 33 años, se había convertido en un gurú para sus 35,000 seguidores en Instagram, quienes seguían al pie de la letra sus consejos y rutinas de ejercicio. El propio gimnasio dijo en sus redes sociales que había llegado al hospital con el cuello roto y una comprensión crítica de nervios vitales que conectan el corazón y los pulmones.