Nuestro planeta ha vivido varias extinciones masivas en su historia; hace 250 millones de años desaparecieron el 90% de las especies marinas y hace 60 millones de años sucedió lo mismo con los dinosaurios.
No es un secreto que el planeta está en una alerta ambiental por los altos grados de emisiones de dióxido de carbono (CO2), las cuales tienen un impacto directo en el medio ambiente y son, en parte, responsables del cambio climático.
La contaminación crece día con día, ni siquiera los mares se salvan de la basura que desechamos. Es por ello que surgen ingeniosas formas de reciclar con el fin de ayudar a nuestro planeta.
Desde el 2020 la humanidad ha visto de cerca lo que significa el colapso de muchos aspectos de la sociedad, como el sistema de salud y la economía, por la pandemia de COVID-19.
Las ostras no solo son comida, a pesar de ser tan pequeñas, son organismos clave para salvar a los océanos de la contaminación y restaurar los arrecifes.
Después de 35 años, un sótano de Chernóbil mostró actividades de fisión nuclear, como la que causó la explosión en 1986 y tiene preocupados a los científicos.
Es un hecho irrefutable que la contaminación tiene efectos nocivos en la salud; sin embargo, poco se ha hablado acerca de los problemas en el ámbito sexual.
El desperdicio de plástico afecta la salud del planeta, pero podría no ser solo un tema medioambiental, sino de salud humana, pues encontraron residuos inorgánicos por primera vez en una placenta.
La ‘desaparición’ de los mayas en Mesoamérica ha sido motivo de investigación durante décadas, pero científicos encontraron una de las posibles razones.
Combatir la contaminación y procurar el bienestar del medio ambiente, se convirtió en uno de los temas prioritarios a corto plazo. Las consecuencias del calentamiento global y las toneladas de plásticos en los océanos, podrían llegar a ser fatales e irreversibles.
Pareciera que el plástico se ha convertido en un habitante más de la Tierra, pues tanto su producción como su uso aumentan cada vez más (incluso han encontrado restos de él en heces humanas).
Bajo la perspectiva usual que promueve la opinión pública en las redes sociales, es frecuente toparse con fotografías y artículos que explican cómo la pandemia por coronavirus (COVID-19) ha "beneficiado" al planeta.