Padrastro es condenado a prisión por abuso de su hijastra después de 30 años prófugo de la justicia
LOS ÁNGELES, California. – Griselda Picasso finalmente puede respirar tranquila después de que un juez condenara a 7 años de prisión a su padrastro Ismael Guerra por abuso, tras 30 años de estar prófugo de la justicia.
“Siento como que un peso grande se fue de mi alma”, señala Griselda, quien desde los 5 a los 12 años de edad, sufrió todo tipo de abusos por parte de Guerra, antes de que ella pudiera alzar la voz y denunciar la situación.
“Todas las noches yo me iba llorando, pidiéndole a Dios, yo le pedía a Dios de que me convirtiera en mariposa para poder volar. Físico, sexual, psicológico. Él brincaba arriba de mí en mi estómago”, recuerda Griselda.
La mujer, ahora de 42 años, recuerda como durante 7 años vivió una verdadera pesadilla: “Él era muy violento, yo sí le creía cuando él me decía que iba a matar a mi mamá enfrente de mí y luego me iba a matar a mí”, dice.
Pero finalmente, en 1997, cuando en su escuela investigaron su constante falta de clases, ella abrió su corazón y su dolor, y fue entonces que los educadores reportaron a Guerra a la policía de Huntington Park, pero éste escapó.
“Llevó a mi mamá, la dejó enfrente y le dijo, ahorita vengo, voy a ir a estacionar el carro, pero él huyó”, recuerda Griselda, quien por muchos años intentó no pensar en lo ocurrido durante su infancia, hasta que surgió una nueva víctima.
Convicto es vinculado a otro caso
Fue en 2023 cuando los detectives la aron tras reabrir la investigación debido a otro caso de abuso infantil que implicaba a Guerra. “Si tú no ayudas, entonces él va a seguir prófugo. Y yo dije, oh no, pues tengo que agarrarle justicia a la otra víctima”.
Finalmente en noviembre del 2023, el ahora convicto de 63 años y quien se escondía en Texas, fue extraditado a California, donde cumplirá su condena, mientras sigue abierta la segunda investigación por abuso en su contra.
Picasso ahora tiene un hijo y es enfermera, y está a punto de crear su propia fundación para luchar en contra del abuso infantil y hace un llamado a otros padres: “tenemos que hablar con nuestros hijos. A los niños les quiero decir que está bien decirles a sus padres los secretos que otros adultos les dicen que no pueden decir”.
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