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Franja de Gaza

Trump quiere que EEUU “tome el control” de Gaza y reubique a los palestinos: por qué sería ilegal

El riesgo en este momento, aunque Donald Trump no haga lo que dice, es que la mera vocalización de su propuesta deshumanice al pueblo palestino. Y esto, a su vez, podría conducir a más violaciones de las normas de la guerra y del derecho internacional humanitario.
Publicado 9 Feb 2025 – 11:02 AM EST | Actualizado 9 Feb 2025 – 11:02 AM EST
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En una sorprendente conferencia de prensa en Washington el presidente Donald Trump propuso que Estados Unidos “tome el control” de la Franja de Gaza y reubique permanentemente a los casi dos millones de palestinos que viven allí en países vecinos.

Anteriormente, Trump había pedido a Egipto y Jordania que reasentaran a los palestinos de Gaza, lo que ambos países rechazaron firmemente.

Sus nuevos comentarios, y la posibilidad de que Estados Unidos tome el control de un territorio soberano, fueron inmediatamente recibidos con críticas y preguntas sobre la legalidad de tal medida.

Cuando se le preguntó qué autoridad permitiría a Estados Unidos hacer esto, Trump no tuvo una respuesta. Solo señaló que sería una “posición de propiedad a largo plazo”. Tampoco descartó el uso de tropas estadounidenses.

Entonces, ¿qué dice el derecho internacional sobre esta idea?

¿Puede Estados Unidos apoderarse de un territorio soberano?

La respuesta rápida es no: Trump no puede apoderarse del territorio de otros.

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945, el uso de la fuerza está prohibido en el derecho internacional. Este es uno de los fundamentos del derecho internacional desde la creación de las Naciones Unidas.

Estados Unidos solo puede tomar el control de Gaza con el consentimiento de la autoridad soberana del territorio. Tampoco Israel puede ceder Gaza a Estados Unidos.

El Tribunal Internacional de Justicia ha dictaminado que Gaza es un territorio ocupado y que esta ocupación es ilegal según el derecho internacional. Por lo tanto, para que esto ocurra legalmente, Trump necesitaría el consentimiento de Palestina y del pueblo palestino para tomar el control de Gaza.

¿Puede EEUU expulsar a la población de la Franja de Gaza?

Una de las mayores obligaciones de una potencia ocupante se deriva del artículo 49 de los Convenios de Ginebra. Este artículo prohíbe a una potencia ocupante trasladar o expulsar por la fuerza a personas de un territorio.

Todos los demás países tienen también la obligación de no ayudar a una potencia ocupante a violar el derecho internacional humanitario. Esto significa que si Estados Unidos quisiera trasladar a la población de Gaza por la fuerza, Israel no podría ayudar en esta acción. Y del mismo modo, Estados Unidos no puede ayudar a Israel a violar las normas.

Sin embargo, las potencias ocupantes pueden expulsar a una población por motivos de seguridad.

Trump y su enviado para Medio Oriente, que visitó Gaza la semana pasada, se han referido repetidamente a lo peligroso que es el territorio de la Franja de Gaza. Trump se preguntó cómo es posible que la gente “quiera quedarse” allí, afirmando que no tienen “otra alternativa” que marcharse.

Sin embargo, la expulsión de personas por este motivo tiene que ser solo temporal. Una vez que esté en condiciones para que alguien regrese, deben ser devueltos al territorio.

¿Y si la gente se va voluntariamente?

El traslado de una población tiene que ser consensuado, pero en este caso concreto, significaría el consentimiento de todos los palestinos de Gaza. Estados Unidos no podría obligar a trasladarse a nadie que no quisiera hacerlo.

Además, un gobierno, como la Autoridad Palestina, no puede dar este consentimiento en nombre de un pueblo. Los pueblos tienen derecho a la autodeterminación, el derecho a determinar su propio futuro.

Un ejemplo perfecto es la migración: si una persona emigra de un estado a otro, es su derecho. No es un desplazamiento. Pero desplazarlas por la fuerza no está permitido.

Y utilizar lo que parece una amenaza tampoco sería consensuado. Una amenaza podría ser decir, por ejemplo: “Si te quedas, morirás porque solo habrá más guerra. Pero si te vas, habrá paz”. Esta es una amenaza de fuerza.

¿Obligar a la gente a marcharse sería limpieza étnica?

La limpieza étnica no se ha definido en ningún tratado o convenio.

Sin embargo, la mayoría de los expertos en derecho internacional se basan en la definición del informe de la Comisión de Expertos sobre el antiguo Estado de Yugoslavia presentado al Consejo de Seguridad de la ONU en 1994.

En él se definía la limpieza étnica como la homogenización étnica de una zona mediante el uso de la fuerza o la intimidación para expulsar de ella a personas pertenecientes a determinados grupos.

Así pues, según esa definición, lo que sugiere Trump podría clasificarse como limpieza étnica: expulsar al pueblo palestino de una determinada zona geográfica mediante la fuerza o la intimidación.

¿Qué se puede hacer si Trump sigue adelante?

Si Trump sigue adelante con este plan, sería una violación de lo que se conoce como ius cogens, o las normas fundamentales que sustentan el derecho internacional.

Y el derecho internacional dicta que a ningún país se le permite cooperar con otro en la violación de estas normas y todos los países deben tratar de detener o prevenir cualquier violación potencial. Esto puede incluir imponer sanciones a un país o no prestarle apoyo, por ejemplo, vendiéndole armas.

Un ejemplo perfecto de esto es cuando Rusia se anexionó ilegalmente Crimea en 2014, muy pocos países reconocieron la maniobra. La invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia en 2022 fue seguida entonces de sanciones y la congelación de activos rusos, entre otras acciones.

Si Trump siguiera este curso de acción, también podría ser responsable en virtud del derecho penal internacional si es él quien instiga el traslado forzoso de una población.

La Corte Penal Internacional ya ha emitido órdenes de detención contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, el exministro de Defensa israelí y un comandante de Hamas en relación con el conflicto en Gaza.

El riesgo del lenguaje de Trump sobre el conflicto en Gaza

Uno de los peligros de este tipo de retórica es la posibilidad de deshumanizar al enemigo o al otro bando.

Trump lo hace a través de declaraciones como: “Mira a lo largo de las décadas, todo es muerte en Gaza” y reasentar a la gente en “hogares agradables donde puedan ser felices” en lugar de ser “acuchillados hasta la muerte”. Este lenguaje implica que la situación en Gaza se debe a la naturaleza “incivilizada” de la población.

El riesgo en este momento, aunque Trump no haga lo que dice, es que la mera vocalización de su propuesta deshumanice al pueblo palestino. Y esto, a su vez, podría conducir a más violaciones de las normas de la guerra y del derecho internacional humanitario.

La despreocupación con la que Trump habla de cosas como la ocupación de un territorio y el traslado de una población da la impresión de que estas normas pueden romperse fácilmente, incluso si él mismo no las rompe.

Tamer Morris es catedrático de Derecho Internacional en la Universidad de Sydney.

Este artículo fue originalmente publicado en The Conversation. Si usted desea leer la versión en inglés pueda encontrarla en este enlace.

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