Elecciones en Bolivia: Evo Morales canta victoria ante una sociedad fracturada
LA PAZ, Bolivia. - El parte de los electores no reconoce su victoria al considerarla fraudulenta.
Con el 99.99 % de los votos escrutados, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) le otorga a Morales el 47.07% de los votos, a Mesa un 36.51 %, al surcoreanoboliviano Chi Hyun Chung, un 8.78% y al senador Óscar Ortiz, un 4.24%.
La diferencia entre Morales y Mesa, de 10.56%, es suficiente para que Morales sea proclamado oficialmente presidente de un cuarto mandato consecutivo correspondiente al período 2020-2025, con lo que podría estar hasta 19 años seguidos en el poder. La Constitución establece que un candidato gana los comicios si tiene más de la mitad de los votos o si acumula más de un 40% y saca una diferencia de más de 10 puntos porcentuales sobre el segundo.
Pero la polarización del país, que se exarcerbó en los últimos días con las dudas de fraude en el recuento, podrían repercutir en problemas de gobernabilidad, inestabilidad y hasta de violencia, según advirtieron analistas consultados por Univision Noticias.
Desde que el domingo pasado concluyó la votación, Morales ha hablado de su victoria en primera vuelta varias veces, pero esta vez lo hizo apoyado por los datos del TSE, cuyo trabajo ha sido errático y muy cuestionado por los políticos opositores y la población contraria al mandatario.
En la mañana de este jueves, Morales dijo a los periodistas que comenzaba el día con la buena noticia de que había ganado en primera vuelta con el apoyo del voto del campo y convocó a sus seguidores a defender pacíficamente la democracia. En una concentración ante sus bases campesinas en la región central de Cochabamba, el mandatario dijo que había acabado su paciencia y la del pueblo frente a los opositores a los que llamó golpistas.
Mesa y opositores denuncian “gigantesco fraude electoral”
Al contrario, Mesa se reunió con otros candidatos, líderes políticos como el expresidente Jorge Quiroga y el empresario Samuel Doria Medina, con gobernadores de oposición y exdefensores del pueblo para denunciar "un gigantesco fraude electoral".
Juntos en la llamada Coordinadora en Defensa de la Democracia, los opositores “exigieron la convocatoria inmediata a la segunda vuelta electoral istrada de manera idónea, independiente e imparcial”, según la primera resolución de esa entidad leída por el mismo Mesa.
La Misión de Observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) cuestionó varios procedimientos del TSE y pidió que, aunque Morales consiga la diferencia suficiente, de todos modos se realice una segunda vuelta porque los resultados deberían ser “creíbles y aceptables por todos”.
Las sospechas de un fraude han provocado movilizaciones, huelgas y cortes de caminos en varias regiones, además de actos de vandalismo que terminaron con el incendio y saqueos de sedes de electorales en varias ciudades del país.
La disputa llegó incluso a Washington, DC donde este jueves el ministro de Exteriores, Diego Pary, defendió la votación negando la denuncia del fraude ante los cancilleres de la OEA.
En un comunicado, la Unión Europea compartió la posición de la misión de observadores de la OEA en sentido de que “la mejor opción sería realizar una segunda vuelta para restablecer la confianza y asegurar el pleno respeto de la elección democrática del pueblo boliviano”.
"Hacemos un llamado a todas las partes a abstenerse del uso de la violencia y de hacer declaraciones divisivas. Una postura constructiva es imprescindible para una reconciliación nacional pacífica", pidió la UE.
Y es que la conflictividad política en Bolivia ha escalado hasta hacer evidente la fractura social sin que asome un escenario de solución.
Pronostican inestabilidad, conflictividad y violencia
La politóloga y diputada opositora Jimena Costa dijo a Univisión Noticias que “se avecina un período no solo de alta inestabilidad e ingobernabilidad, sino también de intensa conflictividad y creo que también de violencia porque ha dado muestras el Gobierno de que puede reprimir”, dijo.
Costa considera que la fractura social que vive el país no es a mitades entre Morales y la oposición, sino que “es mucho más grave” porque el Gobierno, a su juicio, representa actualmente a una minoría que intenta parecer más grande “debido al fraude realizado”.
La imposición de un resultado cuestionado provocará, agregó, una reacción permanente en la sociedad y es posible que Morales sea rechazado cada vez que viaje por el interior del país sin importar lo que proponga.
Los llamados de la comunidad internacional a una segunda vuelta muestran la poca credibilidad en el proceso electoral, lo cual también afecta la imagen de Morales, que “era bien ponderado”, pero eso puede cambiar hasta que sea comparado con el mandatario venezolano Nicolás Maduro, sostuvo.
Por su parte, el politólogo Marcelo Arequipa afirmó que la posible fractura social y política tendrá consecuencias a mediano plazo “con un gobierno débil en su gobernabilidad” sobre todo porque ha retornado la movilización urbana con la clase media y con un discurso renovado más allá de la defensa del referendo que en 2016, que entonces vetó la reelección del mandatario.
Las movilizaciones contra Morales están protagonizadas actualmente por la clase media urbana, entre ellos por estudiantes universitarios que han asumido acciones radicales en sus protestas.
Además, el analista pronosticó la posibilidad de una reconfiguración del poder territorial después de las elecciones para gobernadores y alcaldes de marzo del próximo año como una alternativa al proyecto de Morales.
También dijo que es imperativo que la clase política dé señales para mostrar una vocación más democrática y para no llegar al escenario peruano en el que todos los políticos son criticados. “Es urgente que exista la predisposición a establecer un pacto político”, dijo, para construir, por ejemplo, otro Tribunal Electoral para que los votos sean respetados.