Según un trabajo de investigación de la organización periodística sin fines de lucro ProPublica, la farmaceutica GSK pisó el freno al desarrollo de una prometedora vacuna contra la tuberculosis, una enfermedad quye mata a 1.6 millones personas, pobres en su gran mayoría, en todo el mundo. Lo hizo -dice el trabajo periodístico- a fin de dar prioridad al desarrollo de otros medicamentos más lucrativos.