La ciudad de Medellín, Colombia, ha buscado durante décadas borrar la imagen de violencia por la que ha sido conocida. Aunque el turismo llegó como oportunidad de cambio, también ha sido una amenaza. Hay una oferta para extranjeros que ofrece fiesta, drogas, explotación sexual de menores e impunidad, escenarios que parecen difíciles de controlar. Te puede interesar: Guardó silencio por 13 años, pero un día venció el miedo y contó quién lo abusó sexualmente de niño.