Mucho antes del MCU o el DCEU, Quentin Tarantino creó su propio universo cinematográfico (tres, para ser precisos) conectando algunas de sus películas en una sola. Así, tenemos aquel integrado por Kill Bill, Death Proof y From Dusk Till Dawn; el «más real», al que pertenecen películas como Pulp Fiction e Inglorious Basterds, y, claro, el de Jackie Brown.