Nos robó el corazón allá por el 2001 con Y tu mamá también, volvió para deleitarnos la vista con Diarios de motocicleta y se lució como sex symbol en la reciente Mozart in the Jungle. Y, aunque en los Premios Óscar demostró que no, no puede cantar, se lo perdonamos porque, seamos honestas, le perdonaríamos todo.