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Donald Trump

¿Habla en serio Trump al decir que EEUU debe tomar el control y "reurbanizar" Gaza?

El "plan" de sacar los palestinos de Gaza para reconstruir el territorio como una "riviera" de "clase mundial" que asomó Donald Trump junto al sonriente primer ministro israelí Benjamin Netanyahu calza la definición de limpieza étnica y ha generado rechazo de los amenazados con la expulsión y los países con los que dice contar Trump para que les den refugio.
Publicado 5 Feb 2025 – 07:25 AM EST | Actualizado 5 Feb 2025 – 09:20 AM EST
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La sorpresiva declaración que hizo el presidente Donald Trump este martes durante la visita a Washington DC del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu sobre sacar a los palestinos que viven en la franja de Gaza, que EEUU asuma el control del territorio y lo reconstruya como una “Riviera del Medio Oriente” causó perplejidad entre muchos, indignación en unos y satisfacción en otros (como se reflejaba en la cara sonriente del dignatario visitante).

Más de uno se preguntaba si era algo serio lo que estaba proponiendo Trump, o siquiera si acaso era algo viable. Y como tantas cosas que tienen que ver con Trump la respuesta parece ser: no se sabe.

"No creo que la gente deba regresar (…) No se puede vivir en Gaza en este momento. Creo que necesitamos otra ubicación. Creo que debería ser una ubicación que haga feliz a la gente", dijo Trump mostrando aparente preocupación por el bienestar de los palestinos que han visto sus vidas alteradas por diarios y sangrientos bombardeos de Israel.

Luego, con el sombrero del desarrollador inmobiliario, Trump habló de reurbanizar la zona para convertirla en "la Riviera de Oriente Medio" para "la gente del mundo", incluidos palestinos aunque no ofreció detalles sobre qué autoridad usaría Washington para tomar la tierra, cómo se realizaría la reconstrucción o quién cubriría el costo y sobre todo, cómo forzará a países que ya están saturados recibir más refugiados.

Trump sugiere realizar algo que encaja en la definición de una limpieza étnica

"Será maravilloso para la gente, palestinos, principalmente palestinos, es de los que estamos hablando", afirmó el presidente, quien parece ignorar cómo la experiencia histórica disuadiría a los habitantes del territorio a dejar sus hogares.

El indeleble recuerdo de la Nakba, la “catástrofe”, el desplazamiento masivo que sufrieron los palestinos durante la guerra árabe-israelí de 1948, y el hasta ahora negado “derecho al retorno” han marcado la vida de esa población, pese a que la mayoría de aquellos sacados de sus pueblos con la fundación de Israel ya han muerto.

Lo que Trump sugiere es la definición de limpieza étnica, un trabajo que sectores de la ultraderecha que hacen parte del gobierno de Netanyahu han querido impulsar desde hace muchos años para lograr el sueño del Gran Israel, que, según sus interpretaciones de la Torá, incluye Gaza, Cisjordania y partes del Líbano, Siria, Jordania, Irak y Turquía.

Desde que estalló la guerra en Gaza con el sorpresivo ataque de militantes de Hamas a Israel el 7 de octubre de 2023 que causó la muerte a unos 1,200 israelíes, esos sectores de la ultraderecha presionan para que la operación militar de castigo que ha dejado un balance provisional de más 45,000 muertos garantice el desplazamiento final de los palestinos.

El planteamiento de Trump, a pesar de su aparente preocupación humanitaria, sumaria casi dos millones de desplazados a una población de más de 1.5 millones de refugiados, que, según datos de la ONU, viven en campamentos en Jordania, Líbano y Siria. Para muchos en Gaza, los haría refugiados por partida doble.

Para las naciones vecinas de Israel, aumentar la población de refugiados palestinos crearía presiones internas que pueden desestabilizarlas políticamente y así crear nuevos focos de tensión y violencia en una región ya complicada.

El rechazo de todos los involucrados a la idea de Trump

Además, Egipto, Jordania y otros aliados estadounidenses en Oriente Medio rechazan la idea. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Egipto emitió un comunicado en el que subrayaba la necesidad de reconstruir “sin sacar a los palestinos de la Franja de Gaza”.

Arabia Saudita, un importante aliado estadounidense, emitió una declaración enérgica, señalando que su demanda por un Estado palestino independiente es una “posición firme, constante e inquebrantable”, en referencia a la idea de dos estados, uno judío y otro palestino, que era el plan original desde que la ONU creó Israel y que ha sido la base de los acuerdos de paz de Oslo.

“El reino de Arabia Saudita también subraya lo que había anunciado anteriormente respecto de su rechazo absoluto a la violación de los derechos legítimos del pueblo palestino, ya sea a través de las políticas de asentamiento israelíes, la anexión de tierras palestinas o los esfuerzos por desplazar al pueblo palestino de su tierra”, decía el comunicado saudita.

A pesar de que Trump no contaría con ayuda de los vecinos y amigos de los palestinos para completar el desplazamiento forzoso de la población de Gaza, el presidente parece estar haciéndose eco de opiniones expresadas por su yerno y exasesor, Jared Kushner, quien estaba encargado del tema de la paz en Medio Oriente durante el primer gobierno de su suegro.

“Las propiedades costeras de Gaza podrían ser muy valiosas… si la gente se concentrara en mejorar sus medios de vida”, dijo Kushner en una entrevista publicada en mayo pasado en el canal de YouTube de la Iniciativa de Oriente Medio, de la Escuela de Gobierno Kennedy de Harvard.

“Es una situación un poco desafortunada, pero desde la perspectiva de Israel haría todo lo posible para sacar a la gente y luego limpiarlo”, dijo Kushner.

En esa entrevista, el yerno presidencial dijo que crear un estado palestino era “una mala idea” que “premiaría” al terrorismo. Esa fue la tesis de EEUU hasta la llegada del segundo Trump al poder. Incluso bajo su primer gobierno se mantuvo esa aspiración declarativa que toda Casa Blanca ha venido haciendo desde la creación de Israel en 1947.

La perfecta alineación de la Casa Blanca de Trump con Israel

Ya en su primer mandato, Trump alineó completamente la política de Washington con Israel, con el reconocimiento de Jerusalén como capital o de la soberanía en el Golán, territorio sirio que la comunidad internacional considera bajo ocupación. Así su istración terminó de perder el valor de mediador que durante años le reconocieron los palestinos, por más que EEUU siempre fuera considerado gran aliado de Israel.

Incluso bajo el gobierno de Joe Biden, pese a que se permitió (y se financió sin condiciones) la feroz ofensiva israelí que dejó destrozada grandes sectores de Gaza, la diplomacia estadounidense procuraba mantener la, para algunos, “ficción”, de ser un mediador entre las partes.

"Nuestro pueblo en la Franja de Gaza no permitirá que estos planes se aprueben. Lo que se necesita es poner fin a la ocupación y la agresión contra nuestro pueblo, no expulsarlo de su tierra", dijo a medios el portavoz de Hamas, Sami Abu Zuhri.

Al final, los grandes desafíos logísticos, financieros y políticos que enfrenta la idea de Trump de sacar a los palestinos de su tierra, llevan a más de uno a pensar que: o bien el presidente expresó en voz alta una ocurrencia que no ha discutido con su equipo de gobierno o no habla en serio y aclarará en los próximos días sus declaraciones.

Una tercera opción es que sea teatro y distracción, como asomó el senador demócrata Chris Murphy en su cuenta X.

" Tengo noticias para ustedes: no vamos a tomar el control de Gaza (…) Pero los medios y la clase parlanchina se centrarán en ello durante unos días y Trump habrá logrado distraer a todos de la verdadera historia: los multimillonarios que se apoderan del gobierno para robarle a la gente común".

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