¿Cómo superar el miedo a conducir?
Nada tan genial como conducir un automóvil. Así nos lo ha enseñado el cine, donde estar al volante es muchas veces una demostración de asombrosa destreza y una actividad cargada de emoción y adrenalina.
También puede imaginarse como una actividad relajada y placentera, realizada si es posible en un descapotable, con lentes de sol y sacando un brazo por la ventanilla, en actitud despreocupada y segura.
Pero no lo es para todo el mundo.
Muchas personas tiene miedo al conducir, y en ocasiones ese miedo puede ser tan intenso y persistente que puede ser considerado una fobia, o escalar a tal grado en situaciones de tráfico difíciles, como un embotellamiento o conducir en una autopista.
¿Por qué el miedo a conducir?
Existen diferentes motivos para que una persona tenga miedo a conducir al punto de negarse o ser incapaz de hacerlo, y el modo en que se trata esa fobia depende de éstos.
El miedo a conducir puede provenir de las siguientes circunstancias:
- Haber experimentado un accidente: la fobia puede ser provocada por un trastorno por estrés postraumático; es posible que origine un miedo puntual a conducir en circunstancias similares a aquellas en las que ocurrió el accidente, aunque también puede despertar el miedo a conducir en general.
- Otras fobias: el miedo a conducir puede ser un derivado de otro, por el ejemplo la agorafobia, que es popularmente conocida como el miedo a los espacios abiertos, pero que más precisamente consiste en el miedo a sufrir un ataque de pánico en un lugar en el que no podrá recibir ayuda.
- La fobia específica a conducir: un miedo irracional originado simplemente en el potencial peligro de conducir un automóvil.
Ver también: « Realidad aumentada educa jóvenes para conducir con precaución»
Dejar atrás el miedo
Para superar el miedo a conducir los especialistas recomiendan la terapia conductual que se conoce como desensibilización sistemática, ampliamente establecido como método para superar fobias y otros trastornos de ansiedad.
El método consiste sencillamente en exponer gradualmente al paciente a aquella cosa que le está generando fobia, en este caso la conducción de un coche.
Puede ser realizado de forma virtual o solamente visual en principio (un simulador) y física al final, en entornos controlados y seguros.
La idea es simple: que el que tiene miedo lo vaya perdiendo familiarizándose (o volviéndose a familiarizar) con la actividad de conducir, y descubriendo mediante su propia experiencia que se puede realizar de forma razonablemente segura, sin ocurrencias inesperadas o trágicas que justifiquen un excesivo temor irracional.
La terapia se basa en el hecho de que cuando uno tiene una fobia tiende a evitar por completo el objeto de dicha fobia, alejarse y hasta bloquear mentalmente la simple idea de enfrentarlo, lo que termina por reforzarla.
Acercándose de forma gradual y guiada al objeto garantiza la ganancia de confianza y seguridad, y la superación de los síntomas asociados a una fobia, como el sudor, el temblor, el pulso acelerado y la convicción de que uno no tendrá el control de la situación.