Cuando conozcas las maravillas que el arte hace en tu cerebro, querrás tomar clases de pintura
La ciencia y el arte funcionan como complementos, para explicar y descubrir nuevas aristas del conocimiento. Al combinarse, ambos mundos se benefician entre sí.
Un estudio realizado por Alexander Schlegel y otros investigadores del Dartmouth College, reveló cómo es que funcionan las estructuras cerebrales en alumnos de pintura y dibujo, comparados con las reacciones vistas en aquellos que estudian química.
Los encargados de la prueba monitorearon los cambios en la masa cerebral de dos grupos: uno de 17 jóvenes que tomaron un curso de introducción al dibujo, y otro 18 personas que tomaron clases de química orgánica.
A todos ellos se les practicó una resonancia magnética, con la que se pudo determinar sus funciones tanto creativas como visuales.
Al parecer, aquellos que se dedicaron a las expresiones artísticas mostraron un mayor volumen de la cognición creativa, habilidad para generar ideas y facilidad para materializar sus conceptos; esto último a través de una prueba en la que se les pidió dibujar distintos tipos de imágenes.
La resonancia dejó ver que la sustancia encargada de transmitir y conducir la información, se movía con mucho más frecuencia y era más volátil que en los estudiantes de química. Esta interacción sucede en la parte pre-frontal del cerebro, donde se registra la actividad neural entre la corteza y el cerebelo.
Al ser menor el movimiento de dicha sustancia en su cerebro, los alumnos de química no pudieron desarrollar trazos tan detallados, por lo que se señaló que su capacidad de percepción visual también era escasa respecto a la de los artistas.
Complementando otras teorías
Este no es el único registro de que la práctica del arte —específicamente el dibujo y la pintura— agilizan la capacidad creativa del ser humano.
En 2014, la investigadora Rebecca Chamberlain realizó un experimento similar. En esa ocasión, la también artista también usó dos grupos de observación: 21 personas dedicadas al arte, y otras tantas que no. En todos ellos realizó un escaneo bajo la técnica de Morfología Vóxel.
Tras la prueba, Chamberlain destacó que la materia gris en el cerebro de los artistas alcanzó un volumen mucho mayor al de los demás individuos, además de que se demostró que las partes del cerebro asociadas a la coordinación motora y al procesamiento de imagen resultaban mucho más estimuladas en el colectivo artístico.
Con este par de precedentes en la mesa, es innegable que el arte debe ser una parte esencial para fomentar el desarrollo intelectual de las personas y que a través de los métodos científicos, se podría dar paso a una gama amplísima de nuevos descubrimientos.
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