Albert Einstein usó tacones en una foto y nunca nos dimos cuenta, esta es la extraordinaria historia
Son muchas las curiosidades que rodeaban la vida cotidiana de Albert Einstein: su afición por los trajes grises, su talento para el violín y su selecto grupo de amigos personales. En este último punto destaca David "Dave" Rothman, antiguo propietario de una tienda de calzado que es directamente responsable de la foto en la que Einstein posa con un par de sandalias femeninas.
Tal vez recuerdes el meme sobre el famoso físico en el que se le ve ataviado con sandalias para dama en la playa (y tal vez no habías notado que traía tacones bajos).
Aunque muchos comentarios en redes sociales asumen que el calzado pertenece a su esposa, en realidad el mismo Einstein escogió ese calzado para su uso exclusivo.
Esta curiosa anécdota se publica en My GrandFather and Albert Einstein escrito por Joan Rothman Brill —nieto de Dave Rothman. El origen de las sandalias femeninas y la amistad entre su abuelo y Eisntein, comienza en el verano de 1939 cuando el físico buscaba disfrutar de forma auténtica sus vacaciones en Rhode Island para alejarse del estrés de Princeton.
Einstein olvidó empacar sandalias así que acudió a la tienda de Dave por recomendación de su hija. Al llegar Einstein se dirigió al propietario y solicitó con su muy particular acento alemán un par de “sundials” (relojes de sol).
El confundido Dave llevó al físico a su terraza de atrás para enseñarle el único reloj de sol que tenía en la tienda. Al comprender el malentendido, Einstein se sintió muy apenado y reiteró que lo que buscaba eran “sandals” (sandalias).
Al aclarar todo, Dave le dijo al físico que la temporada de verano había agotado toda la bodega de sandalias y que ya sólo le quedaba un par femenino con tacones bajos. Joan cuenta que su abuelo logró la venta por una conmovedora razón:
Por si fuera poco Albert Einstein se tomó varias fotografías en la playa con su nueva adquisición y con su nuevo amigo en muestra de agradecimiento. Por su parte, Dave decidió que cada año le enviaría al físico un par de sandalias que fueran más de su estilo y así lo hizo hasta la muerte de Einstein en 1955.
Dave y Albert forjaron una amistad que trascendió sus respectivas distancias y profesiones, se visitaban mutuamente y se enviaban postales. Años más tarde ambos bromeaban con respecto a las sandalias femeninas y Albert siempre aseguró que las conservaba con cariño porque decía que nunca pasarían de moda.
Joan cuenta en su libro esta y otras anécotas respecto a la gran amistad de su abuelo. La historia de las "sundials" aún se conserva entre los acontecimientos favoritos de la familia Rothman, quienes actualmente ya no venden zapatos sino guitarras.
Sin duda cuando los prejuicios se apartan y se dejan de lado algunos detalles sin importancia, surgen amistades inolvidables.
¿Sabías esta curiosidad sobre el prestigioso físico alemán?
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