Paranoia y pánico en el cine [Crítica de Transcendence]
Nada ha aprendido el cine de películas alarmistas como I Robot. Transcendence es la película que la década de los ’90 necesitaba, una paranoia comparable al caos público del Y2K, con un guión que parece haber sido escrito por un hombre cuyo iPhone le dio accidentalmente una descarga eléctrica.
Futuro de miedo
En el avance de esta película, quizás no se nota a primera instancia la trama alarmista que corre a lo largo del film, como un episodio de La Dimensión Desconocida con 100% más CGI y 10% más moderno narrativamente.
En nuestro día a día, en donde hay relojes atómicos, teléfonos con aplicaciones de mando a distancia, e impresoras 3D, ¿es necesario 120 minutos de una trama básica, en donde la inteligencia artificial te hace un Dios, ecologistas disparan con balas radioactivas, y escribir con bolígrafo es de cavernícolas?
Nadie espera que todas las películas sean una obra de arte, pero que inmediatamente evoque similitudes con aquel episodio de South Park en donde el mundo colapsa en caos tras la falta de Internet, pues, no es nada bueno.
La inteligencia artificial no es el problema de Transcendence, principalmente porque el film repara repetidas veces en que Will Caster ( Johnny Depp) es un megalómano, aunque el lado “bueno” de los ecologistas tampoco es muy destacable si nos ponemos a deliberar que su líder tiene tanta profundidad intelectual como una adolescente que descubre por primera vez las letras de Bob Marley.
Chip incómodo
Si al menos el guión hubiese reparado en desarrollar realmente cada uno de estos personajes y sus relaciones personales en lugar de saltar violentamente a la acción y cómo Will absorbe todo como la peor de las esponjas virtuales, quizás uno no saldría de la sala pensando exactamente cómo es que este ser trascendente era “malo”, más cuando uno ve que utilizaba su poder omnipotente para hacer crecer plantas y devolverle la vista a los ciegos, mientras que los ecologistas estallan al menos cinco establecimientos habitados en menos de 2 horas.
El elenco no ayuda a que nos identifiquemos con estos vanos personajes, principalmente Depp, que ya ni hace el esfuerzo de actuar, más allá de que se ve en píxeles por gran parte del film. Rebecca Hall continúa brindando una performance plana, al igual que Kate Mara; y los talentos de Paul Bettany, Morgan Freeman y Cillian Murphy son neutralizados por el pésimo guión.
Ver También: Galería de imágenes de Transcendence con Johnny Depp
Wally Pfister puede ser un gran cinematógrafo, pero si así es como quiere empezar su carrera como director, con el manual cinematográfico del tecnológicamente limitado, las cosas no irán muy bien.
¿Vieron Transcendence? ¿Están de acuerdo con lo planteado en esta crítica?