¿Líder tiránico? Por qué las comparaciones entre Trump y el rey Jorge III no son correctas
Tanto durante el primer mandato del presidente Donald Trump como ahora en el segundo, los comentaristas estadounidenses han invocado las fechorías del rey Jorge III para criticar a Trump.
Sin embargo, Jorge III, rey de Gran Bretaña y sus colonias en la época de la Revolución Estadounidense, ha sido calumniado injustamente.
Cuando el presidente Trump se saltó al Congreso para crear una nueva agencia gubernamental, nombró al jefe de esa dependencia y detuvo el pago de millones de dólares de fondos federales asignados, sus críticos señalaron que asumía el papel del Congreso, una toma de poder que supuestamente lo asemejaba a Jorge III. Según esta crítica, el presidente incurrió en tiranía, al igual que los fundadores acusaron a Jorge III de hacerlo en su momento.
Sin embargo, como estudioso de la 'América primitiva', creo que Jorge III ha recibido una mala reputación. No era el monarca todopoderoso que Trump supuestamente aspira a ser.
En la década de 1770, el poder del rey británico estaba limitado por la autoridad del Parlamento. En ese sistema, que los estadounidenses y otros alabaron en su momento como equilibrado, el rey y el Poder Legislativo tenían cada uno deberes y poderes específicos, de modo que ninguno podía controlar el gobierno por sí solo.
Jorge III no era un monarca absolutista, por utilizar el lenguaje de la época para referirse a un gobernante ávido de poder. Los ingleses habían luchado en el siglo anterior sobre el alcance del poder del rey. Tras librar dos guerras civiles, ejecutar a un rey y, finalmente, obligar al monarca a aceptar gobernar con el Parlamento en lugar de por su cuenta, creían que sus libertades estaban salvaguardadas.
Este sistema, conocido como monarquía limitada, fue el orgullo de Gran Bretaña. También fue irado por los fundadores estadounidenses. Ya en 1774, en su ‘Resumen de los derechos de la América británica’, Thomas Jefferson elogiaba los "principios libres y antiguos" de la Constitución británica, en la que "los reyes son los servidores, no los propietarios del pueblo".
Un gobierno desequilibrado descendería a la tiranía
Los británicos, tanto en Gran Bretaña como en las colonias, temían a un tirano, un líder controlador y abusivo.
Algunos temores provenían de su estudio de la teoría política, que enseñaba que el gobierno funcionaba mejor cuando estaba compuesto por varias ramas que representaban las preocupaciones de las diferentes clases políticas.
Según esta teoría, un gobierno desequilibrado descendería a la tiranía con un monarca demasiado poderoso; a la oligarquía bajo una clase aristocrática dominante; o a la anarquía con el pueblo fuera de control. Creían que estos peligros solo podían evitarse manteniendo el equilibrio.
Aunque los británicos no temían el desequilibrio o un rey tirano en su propio caso, podían ver el peligro que amenazaba en otros lugares de Europa.
Francia representaba el peor escenario posible. Sus reyes absolutistas habían gobernado sin el Poder Legislativo francés durante más de siglo y medio en la época de la Revolución Estadounidense.
En pocos años, la crítica angloamericana a la tiranía real en Francia se vería confirmada: Ese país se sumió en una violenta revolución que dio lugar a décadas de guerra y violencia política, incluida la ejecución de toda la familia real. Esta experiencia confirmó a británicos y estadounidenses que lo mejor era un sistema equilibrado y que debían contar sus bendiciones.
Si los revolucionarios estadounidenses iraban el sistema británico y pretendían copiarlo en Estados Unidos, ¿por qué rechazaron el vínculo con Gran Bretaña y se rebelaron en primer lugar?
Los estadounidenses no se rebelaron contra la naturaleza del gobierno británico. Más bien se opusieron al cambio de su lugar dentro del Imperio Británico. La crisis revolucionaria tuvo varias raíces, pero la mayoría de ellas surgieron de los cambios en la gestión de la relación entre las colonias estadounidenses y el centro imperial.
A partir de la década de 1760, el gobierno británico adoptó un papel más activo en sus colonias en América, limitando su expansión geográfica e imponiendo impuestos directamente a la población. En el pasado, los colonos habían tenido libertad para desplazarse hacia el oeste, solo desafiados por los residentes indígenas que luchaban por defender sus tierras.
Ahora el gobierno británico, con el objetivo de poner fin a estas guerras, bloqueaba la expansión. Al mismo tiempo, para pagar la deuda acumulada en la reciente guerra con Francia, y librada en parte en Norteamérica, el gobierno no recaudó impuestos a través de las asambleas legislativas coloniales, como había hecho antes, sino directamente sobre los residentes. Este cambio provocó revueltas y, finalmente, la revolución.
¿Cómo se hizo de su fama de tirano Jorge III?
Antes de 1776, los colonos creían que Jorge III acudiría en su rescate y detendría estos cambios impuestos por el Parlamento. Al principio pensaron que no se daba cuenta de cómo les afectaban las nuevas políticas.
Fue hasta 1776 que aceptaron que Jorge III apoyaba los cambios políticos y no defendería sus derechos. Fue en ese contexto cuando se volvieron contra él y le declararon tirano, culpándole de las nuevas políticas y pidiendo la ruptura con Gran Bretaña.
Como decía la Declaración de Independencia: "La historia del actual Rey de Gran Bretaña es una historia de repetidas injurias y usurpaciones, todas ellas con el objeto directo de establecer una tiranía absoluta sobre estos Estados".
Aunque se quejaban de la tiranía de Jorge III, su verdadera objeción era que su posición subordinada dentro del imperio les daba poca influencia a la hora de oponerse a las políticas que el rey y el Parlamento acordaban imponerles.
Una vez independientes, los fundadores crearon un sistema que imitaba el modelo británico de gobierno mixto y creó barreras: salvaguardaran sus libertades frente a la amenaza de una nueva tiranía.
*Carla Gardina Pestana es profesora de la Universidad de California en Los Ángeles.
Este artículo fue originalmente publicado en The Conversation. Si usted desea leer la versión en inglés puede hacerlo aquí.
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