¿Por qué cortar una cebolla nos hace llorar? La ciencia tiene la explicación
Cocinar es todo un arte para el cual se necesita mucha paciencia y dedicación, atributos que no todos tienen. A veces puedes cortarte, quemarte e incluso llorar, principalmente cuando se pica una cebolla.
Las lágrimas que provoca el cortar cebolla es algo de lo que casi nadie se libra y que resulta muy molesto. Probablemente has notado que el ardor y el lagrimeo solo se hacen presentes cuando la rebanas, pero no sucede al comerla o quitar la capa superior. ¿Por qué pasa esto?
La ciencia explica
Las cebollas presentan dos sustancias que a su vez contienen azufre. Mientras la hortaliza está entera, esos elementos permanecen separados. Pero el cortarla, las sustancias se combinan y producen una reacción química que desencadena la liberación de gas con azufre.
Cuando este gas entra en o con la humedad natural de los ojos, se transforma en ácido sulfurico que los irrita considerablemente. Esto lo explica Josie Silvaroli, estudiante de la Universidad Case Western Reserve en Ohio, quien realizó un ensayo sobre el tema, el cual fue publicado en la revista ACS Chemical Biology .
De acuerdo con Silvaroli, el efecto que causa la mezcla de estas sustancias es muy similar al que tendría el gas lacrimógeno, aunque en menor magnitud. Al percibir el ácido sulfúrico, nuestro cerebro manda una orden a los conductos lagrimales para que liberen más agua (lágrimas) y diluir el ácido y proteger nuestros ojos.
El factor lacrimatorio es un método de defensa que tienen las cebollas para protegerse contra microbios y animales, como los seres humanos. Sin embargo, las personas hemos aprendido a soportar las lágrimas y, aunque son muy molestas, no representan ningún riesgo para la vista.
En resumen, al cortar una cebolla ésta activa sus defensas y a medida que las células se descomponen, se desata una reacción química. Aún falta averiguar por qué algunas personas son más sensibles a estas sustancias.
¿Cómo evitarlo?
Hay varias opciones: enfriar la cebolla en el refrigerador o congelador antes de cortarla, o bien sumergirla en agua mientras se está picando. Esto porque al reducir la temperatura, se retarda la reacción química y por lo tanto hay menos gases.
Tristemente, esto también podría afectar un poco el sabor de la cebolla, pues la liberación de azufre también está relacionado con el gusto que ofrece. Parece ser que habrá que hacer algunos sacrificios para disfrutar de este delicioso alimento.
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