Puede que ya sufras de pérdida auditiva permanente y ni lo sepas (y el causante puede ser un objeto que utilizas todos los días)
Contrario a lo que muchos creen, los sonidos fuertes como los de las explosiones no son los causantes de pérdida auditiva en la mayoría de los casos. La razón suele ser una mucho más sutil, pero igual de peligrosa: la exposición prolongada y acumulativa a ruidos cotidianos que, sin que siquiera nos demos cuenta, superan los límites recomendados.
Algo en lo que los audífonos personales o ‘earbuds’, un dispositivo que se ha hecho sumamente popular, juegan un importante papel. 48 millones de estadounidenses sufren de cierto grado de pérdida auditiva y casi el 13% de los niños entre 6 y 19 años la ha perdido por escuchar música demasiado alta, según la Asociación de Pérdida Auditiva de EEUU.
La Organización Mundial de la Salud estima que para 2050, 900 millones de personas en el mundo sufrirán de pérdida auditiva discapacitante, un 93% más que hoy en día, lo que en parte responde al uso indebido y extendido de dispositivos personales de audio.
Lo peor es que ese daño -que es gradual e irreversible- suele manifestarse mucho tiempo después; es decir, puede que ya sufras de pérdida auditiva y ni lo sepas.
“La exposición temprana a sonidos altos causa daño en el oído interno, que es permanente y puede que no se perciba sino más adelante cuando ya sea demasiado tarde para prevenirlo”, explica la audióloga Sharon Sandridge en un artículo de la Clínica de Cleveland.
Y una vez que los nervios auditivos mueren, no hay mucho que los médicos puedan hacer por ti: se han ido para siempre, sin que haya forma de restituirlos. La única solución en esos casos son aparatos que te ayuden a escuchar mejor.
Por qué los audífonos o 'earbuds' perjudican la audición
Si crees que, porque los audífonos están a la venta en los anaqueles, son completamente seguros para tus oídos, te equivocas.
A diferencia de Europa, que sí tiene algunas regulaciones en la materia, en EEUU no hay límites que restriegan el volumen máximo de estos dispositivos, por lo que muchos superan los rangos de lo que se considera seguro.
Una investigación del New York Times encontró que numerosos audífonos infantiles tan usados en las escuelas superan los rangos seguros de volumen.
Para evitar problemas una buena idea es seguir la recomendación de la Organización Mundial de la Salud que aconseja nunca subir el volumen a más del 60% de lo que permita el dispositivo durante no más de 60 minutos por vez.
¿Cuán alto es demasiado alto?
Saber cuándo un sonido supera los límites de lo seguro no es tan intuitivo como se cree. Muchos de los sonidos que podríamos creer normales, en realidad son demasiado altos, especialmente cuando se solapan en el ambiente.
El sonido se mide en una unidad llamada decibeles (o decibelios). Los Institutos Nacionales de la Salud advierten que aquellos sonidos de 70 decibeles o menos no causan pérdida auditiva, ni siquiera ante exposiciones prolongadas. Pero que aquellos de 85 decibeles o más sí pueden generar daño permanente.
Una de las cosas importantes que se debe tener en cuenta al considerar el uso de audífonos es que los dispositivos de escucha personales están configurados a un volumen máximo de alrededor de 105 a 110 decibeles, advierte la Universidad de Harvard.
Escuchar música a máximo volumen con audífonos, según los Institutos Nacionales de la Salud, llega a entre 94 y 110 decibeles, mucho más de lo aceptable.
A más alto el sonido, menos tiempo tardará en causar daño. “Usar audífonos a un volumen apenas ligeramente más alto puede causar daño en menos de una hora y es muy fácil imaginar escuchar música con audífonos durante una hora o más”, recalcan los especialistas de la Universidad de Harvard, James Naples y Valeria Duque en un artículo.
Por qué los populares ‘earbuds’ no son la mejor opción
Más allá de los límites de volumen que trae el dispositivo, el diseño es otro factor que incide en su potencial daño.
Tal y como explica la audióloga Pauline Dinnauer en un artículo de la Fundación de Salud Auditiva de EEUU, los populares ‘ earbuds’ -aquellos dispositivos pequeños, generalmente de silicona o plástico que se colocan directamente en el oído- tienen desventajas.
Conducen el sonido directo al canal auditivo, por lo que hay un riesgo mucho mayor de dañar el oído si el volumen es demasiado alto. “No hay nada entre tus oídos y el sonido para protegerte”, insiste la especialista y agrega que además este tipo de audífonos pueden empujar la cera hacia adentro causando bloqueos que te hagan escuchar mal y, en consecuencia, querer subir el volumen.
En su criterio, aquellos modelos que se colocan por encima de la oreja y la cubren en toda su totalidad son una mejor opción, sobre todo si además tienen la funcionalidad de cancelar el sonido en lugares demasiado ruidosos.
Lo que puedes hacer para prevenir la pérdida auditiva (sin renunciar a tus audífonos)
- Lo primero es bastante obvio: controla el volumen y el tiempo que usas el dispositivo. La norma de la OMS es bastante sencilla: no más de 60% del volumen máximo que te permita el aparato por no más de 60 minutos por vez.
- Si tienes un iPhone o Apple Watch hay una opción que permite recibir alertas cuando el volumen exceda los límites seguros. También puedes establecer límites máximos de volumen.
- Cuida tus oídos. Sé consciente de los ruidos que hay a tu alrededor e intenta controlarlos en la medida de lo posible. Evita aquellos que sean “muy altos, muy cercanos o muy duraderos”, aconsejan los Institutos Nacionales de la Salud.
- Si vas a asistir a un sitio que sabes es muy ruidoso, como un concierto o evento deportivo, lleva tapones o audífonos que cancelen o controlen los niveles de sonido.
- Opta por audífonos que cubran el exterior de tus orejas en su totalidad, en vez de los ‘earbuds’ que son más invasivos.