No se bañan, los maltratan y duermen en el suelo: testimonios a puño y letra de los niños migrantes en las 'hieleras'
El trato que el gobierno de Donald Trump le da a los niños de la frontera que piden asilo y son detenidos por las autoridades federales no solo ha sido objeto de denuncias que han llevado a la renuncia este martes del Comisionado de la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza, John Sanders, sino que también ha puesto en evidencia la verdadera capacidad de las autoridades federales para enfrentar una crisis humanitaria sin precedentes.
Univision Noticias ó un segundo grupo de menores migrantes de entre 13 y 17 años que llegó a la frontera sur en busca de asilo tras huir de sus países a causa de la violencia y la pobreza extrema. A través de fuentes anónimas, pedimos que relataran, de puño y letra, sus experiencias en las "hieleras" o "perreras" como les llaman a las bodegas ubicadas en los cuarteles de la Patrulla Fronteriza.
A principios de junio un primer grupo narró sus experiencias mientras estaban en custodia de las autoridades. El segundo grupo fue más explícito y contó detalles hasta ahora desconocidos de la vida en esos centros de detención improvisados, así como sus testimonios en el cruce de la línea divisoria entre sus países y la frontera sur de Estados Unidos.
Uno de los menores migrantes narró un episodio de violación en territorio mexicano. Cuenta que fue obligado por un hombre a tener sexo para poder comer y que después el victimario le entregó un poco de dinero para esconder el crimen. Otros contaron por qué huyeron de sus hogares, la falta de oportunidades, de trabajo, de estudio y de seguridad.
Descubrimos que la mayoría de los migrantes relató padecimientos similares experimentados en las 'hieleras', donde deberían estar protegidos bajo el amparo del Acuerdo Judicial Flores de 1997 y bajo la ley de tráfico humano de 2008 (TVPRA).
A pesar de la legislación vigente y órdenes emitidas por los tribunales de justicia para garantizar la seguridad de todos y cada uno de los menores, la mayoría permanece detenido por más tiempo del permitido, que establece un máximo de 72 horas (3 días). Y durante ese tiempo, los solicitantes de asilo experimentan privaciones adicionales: se bañan cada 5 o 6 días, niñas en sus periodos de menstruación también pasan el mismo tiempo sin a las duchas. Denuncian además que tampoco los dejan lavarse los dientes.
Otros relatos describen que pasan frío, duermen en el suelo, la comida es poca y a veces les cae mal, y quienes llegan con traumas severos, como aquellos que han sufrido violaciones y abusos sexuales, no reciben atención médica ni psicológica adecuadas, como también lo establece el Acuerdo Flores de 1997. Los menores tampoco conocen sus derechos durante aquellos primeros días, ni nadie se preocupa porque los sepan, a pesar de que las autoridades federales están obligadas a facilitar que se informen.
Las 'voces de las hieleras' describen una realidad que se vive en la frontera con México. Y ponen en evidencia la Donald Trump, cuyo fin es desanimar por medio de políticas severas el derecho a pedir asilo.
Estos son sus testimonios de puño y letra.