¿Eres quien dices ser? La TSA experimenta con tecnología de reconocimiento facial para mejorar la seguridad en aeropuertos
Un pasajero llega al control de seguridad del aeropuerto, introduce su ID en la ranura y mira a la cámara que hay sobre una pequeña pantalla, donde de repente aparece el mensaje de ‘foto completada’. La persona puede continuar hacia el avión.
Todo es parte de un proyecto piloto en el que la istración de Seguridad en el Transporte (TSA) para probar la tecnología de reconocimiento facial en varios aeropuertos del país.
“Lo que estamos intentando es ayudar a los oficiales a determinar que tú eres quien dices ser”, comenta Jason Lim, gerente de capacidades de gestión de la identidad, durante una demostración con periodistas en el aeropuerto internacional Baltimore-Washington Thurgood Marshall.
La iniciativa llega en un momento en que el uso de la tecnología para mejorar la seguridad y facilitar los procedimientos está en aumento. El programa piloto de la TSA es voluntario y muy preciso pero los críticos advierten que puede ser una tecnología tendenciosa con posibles repercusiones negativas para quienes opten por no someterse a ella.
El programa está actualmente en 16 aeropuertos. Además de Baltimore, está siendo usado en el Reagan de Washington DC, además de Atlanta, Boston, Dallas, Denver, Detroit, Las Vegas, Los Angeles, Miami, Orlando, Phoenix, Salt Lake City, San Jose, y Gulfport-Biloxi y Jackson en Mississippi.
Pero como no está en todos los puntos de control de la TSA no todos los viajeros se habrán encontrado con ellos.
Cómo funciona el programa de reconocimiento facial del TSA
Los viajeros que sí se lo encuentran ponen su licencia de manejo o su pasaporte en el dispositivo electrónico de lectura. A continuación tienen que mirar a una cámara que hay sobre una pantalla que tiene el tamaño de un iPad para que le tome una foto y la compare con la del documento.
Además de asegurarse de que la persona es la que aparece en el documento, el programa también busca servir para comprobar que no se trate de una falsificación.
Un oficial de la TSA está presente y da el visto bueno a la identificación hecha por la máquina.
Una pequeña señal advierte de que la fotografía va a ser tomada y que pueden negarse si lo prefieren.
Las dudas sobre la privacidad de los s
Desde que comenzó como programa piloto, algunos políticos y activistas han cuestionado sus posibles efectos en la privacidad de los s.
En una carta a la TSA de febrero, cinco senadores del caucus demócrata solicitaron a la agencia frenar el programa. “El incremento de la vigilancia biométrica de los estadounidenses de parte del gobierno representa un riesgo para las libertades civiles y el derecho a la privacidad”, señala la misiva.
A medida que las tecnologías de reconocimiento facial, escaneo de retina o lectura de huellas dactilares se han vuelto más generalizadas tanto en el sector privado como en el gobierno federal, ha surgido preocupación entre los defensores de la privacidad sobre cómo se recopilan estos datos, quién tiene a ellos y qué sucede si es pirateado.
Meg Foster, del Centro de Tecnología y Privacidad de la Universidad de Georgetown, expresó su preocupación sobre el algoritmo a la hora de reconocer los rostros de algunas minorías por ejemplo. También el peligro de que pueda ser hackeado el sistema.
En concreto sobre el programa piloto, Foster también mostró preocupación sobre los datos biométricos. La TSA dice que no los almacena pero, ¿y si eso cambia?
Además, aunque a los pasajeros se les da la opción de no someterse al sistema, considera injusto responsabilizar a los pasajeros que teman perder su vuelo por hacerlo.
“Pueden pensar que si tienen alguna objeción sobre el sistema de reconocimiento facial los ponga bajo sospecha”, dijo Foster.
Jeramie Scott, del Centro de Información de Privacidad Electrónica, dijo que aunque ahora sea voluntario eso es algo que tal vez no vaya a durar.
Scott recordó que David Pekoske, de la TSA, dijo en abril que el uso de la tecnología biométrica sería obligatoria en tanto necesitan ser más eficientes, aunque no expuso plazos.
Para Scott sería preferible que la TSA no usara esta tecnología en absoluto. Y al menos querría que fuera auditada de manera que se pudiera estar seguro de que no afecta de manera desproporcionada a ciertos grupos y que las imágenes son borradas inmediatamente.
TSA defiende el programa piloto de reconocimiento facial
La TSA dice que el objetivo del programa es mejorar la precisión de la verificación de identidad sin disminuir la velocidad a la que los pasajeros pasan por los puntos de control, un tema clave para una agencia que procesa a 2.4 millones de pasajeros diariamente.
La agencia considera que los primeros resultados son positivos y no han mostrado diferencias perceptibles en la capacidad del algoritmo para reconocer a los pasajeros en función de la edad, el género, la raza y el origen étnico.
Lim explicó que las imágenes no se compilan en una base de datos y que las fotos y las identificaciones se eliminan. Dado que se trata de un programa en pruebas, en circunstancias limitadas se recopilan y comparten algunos datos con la Dirección de Ciencia y Tecnología del Departamento de Seguridad Nacional. La TSA asegura que los datos se eliminan después de 24 meses.
Además, según Lim, la cámara solo se enciende cuando una persona ingresa su tarjeta de identificación, por lo que no recopila imágenes aleatorias de personas en el aeropuerto.
Eso también les da a los pasajeros control sobre si quieren usarlo. Y agregó que la prueba ha demostrado que, si bien algunos algoritmos funcionan peor con ciertos grupos demográficos, también muestra que los de mayor calidad, como el que usa la agencia, son mucho más precisos. Además, usar las mejores cámaras disponibles también es un factor.
“ Nos tomamos muy en serio estas preocupaciones sobre la privacidad y los derechos civiles, porque estamos en o con muchas personas todos los días”, dijo.
El funcionario retirado de la TSA Keith Jeffries dijo que la pandemia aceleró en gran medida el lanzamiento de estas tecnologías "sin o", mediante las cuales un pasajero no entrega un documento a un agente.
Jeffries imagina un "punto de control del futuro" donde la cara de un pasajero se puede usar para registrar su equipaje, pasar por los puntos de control de seguridad y abordar el avión, todo con poca o ninguna necesidad de sacar una tarjeta de embarque o documentos de identificación.
Reconoció las preocupaciones sobre la privacidad y la falta de confianza que muchas personas tienen cuando se trata de proporcionar datos biométricos al gobierno federal, pero dijo que, en muchos sentidos, el uso de la biometría ya está profundamente arraigado en la sociedad.
“La tecnología llegó para quedarse”, afirma.