Por qué el poderoso ejército ruso no logró doblegar a Ucrania en un año desde el inicio de la guerra
El presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó hace ahora un año lo que llamó "operación militar especial" en Ucrania, pensando sería una cuestión de poco tiempo.
En sus palabras, se iba a tratar de "una acción rápida" que tenía como propósito "desmilitarizar" y "desnazificar" Ucrania y poner fin a ocho años de conflicto en el este del país, donde separatistas prorrusos luchaban contra las fuerzas de Kiev.
Putin contaba y sigue contando con uno de los ejércitos más poderosos del mundo, un abundante arsenal y suficientes recursos para hipotéticamente ejecutar una acción militar eficaz en Ucrania.
Pensaba que Kiev caería pronto, que sacaría a Volodymyr Zelensky y que dominaría a unas fuerzas ucranianas supuestamente débiles.
Pero la feroz resistencia y resiliencia de los ucranianos, apoyados por las entregas de armas occidentales, y notables errores de estrategia de la propia cúpula militar rusa, así como sonoros reveses en el campo de batalla, han dado lugar a una guerra prolongada en la que no se ve un final próximo.
Doce meses después de que los tanques rusos atravesaran la frontera oriental de Ucrania, con el conflicto atascado, Putin se refugia en un discurso ultranacionalista que dibuja a Rusia como víctima de Occidente y llama a sus ciudadanos a prepararse para defender la patria, trazando un paralelismo con el combate contra los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
“Literalmente, todo lo que (Putin) se propuso lograr ha resultado desastrosamente mal”, afirma Philip Short, un periodista británico que escribió la biografía del presidente ruso titulada Putin, citado en un reporte de la AP.
Aunque los militares rusos parecen haber aprendido algunas lecciones y realizado ajustes tácticos, sobre el terreno el conflicto luce atascado o con pocos avances hacia un sentido u otro. Los expertos dicen que el Kremlin parece no comprender del todo dónde y cómo se equivocó con la guerra en Ucrania.
Esta son algunas de las claves del por qué el ejército ruso no ha podido en un año de enfrentamiento bélico cumplir con los objetivos que se ha trazado con la invasión a Ucrania.
Los errores de Putin sobreestimando a su ejército y subestimando a las fuerzas de Ucrania
A pesar de las intervenciones armadas en Chechenia, Siria y Georgia, Putin sobreestimó a su ejército y subestimó la resistencia ucraniana y el apoyo occidental, coinciden varios analistas. La guerra ha expuesto las debilidades de su ejército, de sus servicios de inteligencia y de algunos sectores económicos, indica un reporte de la AP.
Rusia sufrió una importante pérdida de poder militar, incluido gran parte de su equipamiento bélico más moderno, mientras que la OTAN se vio revigorizada por la guerra en Ucrania, según un informe publicado este miércoles en El Balance Militar del International Institute for Strategic Studies (IISS).
El ejército ruso compensó las pérdidas humanas de las primeras fases de la invasión con el alistamiento de reclutas pero esto se tradujo en una llegada de soldados menos experimentados, señala el IISS. En septiembre, Putin decretó una movilización parcial de reservistas para reforzar su ofensiva a Ucrania.
El número de soldados rusos muertos y heridos en Ucrania se acerca a los 200,000, según funcionarios estadounidenses y de otros países occidentales citados por The New York Times. Esa cifra de bajas en solo un año, es ocho veces superior al de estadounidenses caídos en dos décadas de guerra en Afganistán.
Cerca de la mitad de los tanques rusos T-72B3 y T-72B3M y muchos de sus T-80 se han perdido, por lo que el Kremlin tuvo que poner en servicio vehículos más antiguos.
Según el IISS, Rusia perdió asimismo entre el 6% y el 8% de sus aviones de combate tácticos, pero las pérdidas llegan al 10-15% en algunos tipos de aparatos.
Ucrania tenía menos aviones de combate y sufrió pérdidas proporcionalmente mayores, señala el informe, estimando que las fuerzas armadas ucranianas perdieron aproximadamente la mitad de su inventario de aviones de combate tácticos.
Dado que Ucrania ha agotado en gran medida a sus arsenales de armas de la era soviética, el suministro de armamento terrestre procedente de países occidentales está transformando su ejército y aumentando sus capacidades, al tiempo que su inventario se vio reforzado por la afluencia de tanques de la era soviética procedentes de países de Europa del Este, que los están reemplazando por equipos más modernos.
Marat Gabidullin, un exintegrante del grupo privado Wagner que combatió en Siria y recogió sus experiencia en un libro, afirma que "ambas partes carecen de recursos y capacidades para iniciar una ofensiva decisiva que rompa la situación a su favor".
"El ejército (ruso) no está preparado para la guerra. Sacaron conclusiones, corrigieron la situación, arreglaron algunos errores, pero no de forma significativa", sostiene Gabidullin, citado en un reporte de Al Jazeera.
"Incluso antes (de la guerra), supuse que el ejército ucraniano era capaz de oponerse a una agresión armada. El ejército ucraniano no es como era en 2014. Han ganado fuerza, experiencia y se han modernizado", agregó Gabidullin.
Resistencia y resiliencia de Ucrania con el apoyo de Occidente
A pesar de que las fuerzas ucranianas han liberado más de la mitad del territorio del que se apoderó Rusia, la guerra ha matado a decenas de miles de personas de ambos bandos.
El 4 abril, cuando apenas la invasión rusa cumplía dos meses, se descubrieron en Bucha, en las afueras de Kiev, 400 cadáveres de civiles, un hecho atroz que ha sido calificado como genocidio y crimen de guerra.
Y la agresión rusa contra Ucrania no ha cesado. Moscú ha lanzado cada semana desde octubre decenas de misiles y drones explosivos contra Ucrania, en su mayoría dirigidos contra centrales eléctricas, líneas de transmisión y subestaciones transformadoras con el propósito de cortar la electricidad y la calefacción durante los meses de invierno, y desmoralizar a la población.
Pero la invasión, lejos de sojuzgar al pueblo ucraniano ha despertado sentimientos fuertemente nacionalistas y antirrusos.
El 95% de los ucranianos cree en la victoria contra Rusia, según una encuesta realizada a principios de febrero por el instituto ucraniano Rating Group, que muestra que la determinación no disminuye después de un año de guerra.
Al mismo tiempo, 97% de los ucranianos encuestados afirman confiar en su ejército (frente a 65% en 2019), y 90% en su presidente, Volodymir Zelensky (36% en enero de 2022), según este sondeo realizado en febrero con una muestra de más de 1,600 personas en diversas regiones del país, con excepción de los territorios ocupados por Rusia en Crimea y en el este.
Kiev ha recibido armas y entrenamiento, así como apoyo político de Occidente en foros internacionales, pero la asistencia militar a Ucrania ha sgnificado un creciente costo financiero para los gobiernos pro-Kiev.
Desde la invasión de Rusia en febrero pasado, los aliados occidentales han prometido sistemas de defensa aérea a Ucrania para reforzar sus propias baterías tierra-aire S-300 de fabricación soviética, y el último paquete de ayuda anunciado por el presidente estadounidense Joe Biden tiene como objetivo brindar la capacidad de integrarlos, lo que podría mejorar la capacidad de Ucrania para protegerse contra los ataques rusos entrantes.
El pasado viernes, el presidente Zelensky exhortó a sus aliados occidentales a que agilicen su apoyo militar a Ucrania, y advirtió durante la conferencia internacional de seguridad de Múnich que las demoras favorecen a Moscú. “No hay alternativa a la celeridad, porque de la celeridad depende la vida”, urgió Zelensky.
Las diferencias a lo interno en Rusia: críticas al estamento militar (pero no a Putin)
Cada vez más, Putin parece improvisar en un conflicto mucho más largo y más difícil de lo que esperaba. Por ejemplo, amenazó con usar armas nucleares y luego se retractó.
En octubre pasado, nombró a cargo de su "operación especial" en Ucrania al general Sergei Surovikin, pero duró solo tres meses en el puesto luego de que las tropas rusas se retiraron de la ciudad sureña de Jersón bajo una fuerte contraofensiva ucraniana.
La obligada retirada del único centro regional capturado por Rusia asestó un duro golpe al Kremlin. Surovikin fue degradado para convertirse en adjunto de Gerasimov junto con otros dos generales.
En enero, el presidente ruso volvió a reorganizar su equipo poniendo al general Valery Gerasimov, uno de los militares rusos de más alto rango y quien es visto como una de las cabezas que ayudaron a Putin a planear la invasión en Ucrania, a cargo de las tropas que luchan en el país vecino.
Este miércoles, el jefe del grupo de mercenarios ruso Wagner, Evgueny Prigozhin, instó a los rusos a presionar al ejército para obtener municiones, en una iniciativa que muestra las tensiones entre su organización y el Estado Mayor ruso en plena guerra de Ucrania.
Este pedido es inédito en Rusia, donde las críticas, incluso individuales, contra el Kremlin o el ejército son duramente reprimidas.
Prigozhin acusa desde hace varios días al alto comando ruso de privar de municiones a los milicianos de Wagner que están en primera línea en la batalla para conquistar la ciudad de Bajmut, en el este de Ucrania. La organización ha nutrido buena parte de sus filas con convictos de las cárceles rusas.
Cuándo parará la guerra entre Rusia y Ucrania
Los analistas ven varios escenarios para Putin que dependen de lo que ocurra en el campo de batalla. Dichos escenarios, que no son excluyentes entre sí, van desde lo que podría ser su mayor pesadilla —un golpe o levantamientos como los que vio como agente de la KGB en Alemania Oriental en 1989, en la URSS en 1991 o Ucrania en 2004 y 2014— hasta ganar la reelección el año próximo.
El ministro británico de Defensa, Ben Wallace, no descartó este jueves la posibilidad de que la guerra en Ucrania pueda durar otro año porque no parece que Putin quiera detener la agresión. "Creo que Rusia ha mostrado un total desprecio, no solo por la vida de la gente de Ucrania, sino también por sus propios soldados", dijo Wallace.
Dmitry Oreshkin, analista político y profesor de la Universidad Libre, en Riga, Letonia, cree que Putin podría actualizar sus objetivos en Ucrania y declarar que los alcanzó al establecer un corredor terrestre de Rusia a Crimea y tomar el control de las regiones de Donetsk y Luhansk en el este.
Pero Kiev no ha mostrado voluntad de ceder territorio, y para que Putin venda esto como una victoria, Oreshkin cree que “tiene que convencerse a sí mismo de que derrotó a Ucrania. Y él entiende mejor que nadie que, de hecho, perdió”.
Abbas Gallyamov, exredactor de discursos de Putin, explica que el presidente ruso no ite errores ni derrotas, y que “necesita desesperadamente una victoria solo para demostrar que es un hombre con gran poder y control”. Incluso algunos en el ejército se han vuelto críticos, agrega. “Cuando sea odiado por más de la mitad —y vamos rumbo a esa dirección—, las posibilidades de un golpe, un golpe de élite, un golpe militar, aumentarán”, advierte.
Gallyamov ve una salida para Putin si puede obtener el reconocimiento de “nuevos territorios, más una declaración de la OTAN de que detendrá su expansión, por ejemplo, o que Ucrania incluirá en su constitución su condición de estado neutral... o su declaración de que el ruso será el segundo idioma oficial”.
“No es Putin quien gobierna Rusia. Son las circunstancias las que gobiernan a Putin”, comenta Tatiana Stanovaya, miembro senior del grupo independiente de análisis geopolítico Fundación Carnegie por la Paz Internacional.
Pero ahora, según Stanovaya, “parece que no hay ninguna esperanza de que el conflicto pueda resolverse de alguna otra manera que no sea militarmente. Y esto da miedo”.
Con información de las agencias AP, AFP y EFE.