A veces la fama es algo ingrata, por más que una persona se esfuerce (dentro de sus limitaciones) para tener éxito en su carrera actoral, puede que su desempeño, apariencia, características o personalidad lo vuelvan blanco de burlas o sátiras enfocándose en ellos de manera quizás burda u ofensiva. Aunque el común de los actores renegaría de ello, algunos aceptan estas burlas y las incorporan en su propia gama actoral, quizás porque no les molesta, o tal vez porque es el único papel al que pueden acceder.