Por un descuido de su papá, Moisés sufrió un accidente que le provocó daño irreparable en la médula espinal y los doctores decían que no volvería a caminar. Años después sigue demostrando su empeño por salir adelante y participa en torneos de baloncesto sobre silla de ruedas, mientras que sus papás han recibido terapia psicológica con los expertos del CRIT.