Una madre mató a su hija de hambre y luego la tiró a la basura: ella misma lo reconoció

Laytay Dahn y Kierra Tolson se hicieron amigas en gran parte porque las dos compartían ser madres de bebés recién nacidos, por lo que disfrutaban de esa parte de sus vidas compartiendo experiencias.

Durante muchos meses, Dahn observó cómo Tolson disfrutaba de la pequeña Blair Niles, y del inmenso amor que había traído a su complicada vida, llena de episodios esquizofrénicos e inestabilidad emocional, contó CBS.

Sin embargo, ese buen momento de Tolson con su bebé de 14 meses, comenzó a disiparse cuando la mujer de Maryland suspendió su tratamiento médico contra la esquizofrenia y comenzó a beber alcohol con regularidad.

A pesar de que le preocupó el estado de su inestable amiga y el porvenir de su bebé, Dahn no estaba preparada para escuchar aquella despiadada confesión que Tolson le contó aquel 8 de julio del 2020, cuando llegó a visitarla a su apartamento en Beltsville.

- “¿Dónde está mi ahijada?”, le preguntó Dahn.
- “Oh, la maté de hambre”, responde Tolson.
- “¿Donde está?
- “En la basura”.

Incrédula, Dahn se mostró preocupada por lo que acaba de escuchar, pero Tolson -con aires tranquilos- incluso se ofreció a llevarla hasta el contenedor de basura donde se había desecho del cuerpo en el área de White Oak. Tras negarse, llamó a la policía.

Junto a los agentes, Dahn escuchó a Tolson confesar con tranquilidad que había matado de hambre de su bebé, luego de no haberle dado de comer durante casi un mes, debido a que “un psíquico y varias voces le dijeron que lo hiciera”, según una presentación judicial hecha el pasado lunes por los fiscales, citada por The Washington Post.

Además, Tolson indicó que había matado a su pequeña porque era una serpiente demoníaca capaz de controlar el clima, por lo que tenía que terminar con ella para poder recuperar dicho control.

Luego de matarla, la policía escuchó como Tolson envolvió el cadáver en una funda de almohada, antes de colocarla dentro de tres bolsas negras, que después tiró en un basurero. Cuando las autoridades intentaron recuperar el cuerpo, ya había sido arrojado a un vertedero. Hasta la fecha, no ha sido posible encontrar los restos de la pequeña.

Tras arrestar a Tolson, la investigación sobre lo ocurrido no pudo comprobar la existencia de ningún psíquico, además de que el padre de la niña aseguró no haber hablado ni visto a las mujeres desde tres meses antes del asesinato.

Este lunes, casi dos años después de lo ocurrido, Tolson se declaró culpable por demencia, tras determinar en el juicio que “no era penalmente responsable” del asesinato de su hija.

Las autoridades determinaron que la mujer fuera internada en un hospital psiquátrico cerrado, hasta que ya no se le considere como un peligro para la sociedad, aunque dependerá de constantes evaluaciones en los próximos meses para determinar cuánto tiempo estará allí.

Dahn aseguró que Tolson “se arrepiente de lo que hizo” y que “necesita ayuda”, al asegurar que “nadie en su sano juicio haría lo que ella hizo”.