Tras un despegue exitoso, el cohete más grande de SpaceX pierde su propulsor y la nave principal
Tras un lanzamiento exitoso este sábado del cohete más grande y poderoso del mundo de la compañía SpaceX terminó mal con la explosión del propulsor principal, el 'super heavy booster', así como la pérdida de la nave Starship.
Aunque inicialmente todo parecía bien y el cohete se elevó correctamente en el cielo de Texas e incluso sus dos partes se separaron según lo previsto, a los pocos minutos la prueba empezó a ir mal.
Primero explotó el propulsor principal, aunque ya había conseguido desacoplarse de la Starship, como era su cometido, pero poco después se perdió el o con la nave y no se pudo recuperar su señal, por lo que en medio de la tranmisión en vivo SpaceX anunció que se había visto obligada a activar la función de autodestrucción de la nave.
Aunque también terminó en una explosión, este segundo vuelo llegó más lejos que el primero, en abril, cuando varios motores se apagaron prematuramente en el despegue y como ya suele ser costumbre, SpaceX hizo gala de su filosofía de ver estos fallos como un avance y un aprendizaje.
Tras el intento de este sábado, la compañía dijo que analizarán todos los datos del vuelo para descubrir qué salió mal, y luego volverán a intentarlo.
Tras el último intento en abril, que duró apenas cuatro minutos, la empresa de Musk hizo decenas de mejoras al propulsor, sus 33 motores y la plataforma de lanzamiento.
Mira también: