Padres corren una maratón junto a su hijo de 6 años: ¿está un menor preparado para tal esfuerzo?
Kami y Ben Crawford publicaron en Instagram que su hijo, Rainier, corrió el maratón The Flying Pig, en Cincinnati, a principios de este mes, y mencionaron que en la milla 20 (cuando todavía quedaban seis millas para llegar a la meta) "estaba luchando físicamente y quería tomar un descanso y sentarse cada tres minutos".
En su post de Instagram, los Crawford dijeron que Rainier "estaba llorando y nos estábamos moviendo lentamente", por lo que le prometieron dos botes de papas fritas Pringles si seguía adelante. "Tuve que prometerle otra para que saliera en la foto de familia en la meta. Hoy le he pagado", reza el post de Instagram, en el que se ve a Rainier con unos paquetes de papas en la mano.
Con estos y otros posts en redes sociales, la familia se ha ganado la atención generalizada —probablemente lo que buscaban los padres—, pero también una tonelada de críticas.
Los Crawford dijeron que sus cinco hijos mayores terminaron la carrera una hora antes que ellos, y que esperaron en la línea de meta a sus padres y a Rainier, y cruzaron todos juntos 8 horas y 35 minutos después.
Los servicios sociales acuden al hogar del niño maratoniano
Los padres informaron de que los Servicios de Protección a la Infancia acudieron a su casa sin previo aviso para entrevistar a sus hijos después de que su historia se hiciera viral. En un post posterior, defendieron su decisión de correr carreras con sus hijos, diciendo que en "9 años hemos recibido un total de 53 medallas, la mayoría para los niños", y que Rainier les rogó que se unieran a ellos en un maratón.
La familia publicó un comunicado explicando que Rainier sí lloró durante la carrera, pero fue debido a una caída.
El 7 de mayo, una semana después de la polémica carrera, los Crawford también escribieron una carta abierta sobre el hecho de dejar que sus hijos corrieran maratones, diciendo que su "objetivo desde el principio ha sido hacer que correr sea divertido" y que "a medida que los niños crecen el entrenamiento para los maratones es 100% optativo. Nunca hemos hecho hincapié en la competición".
Los Crawford dicen que tardan entre seis y ocho horas en completar los maratones y "hacen descansos en el patio, caminan y comen y beben lo que quieren".
"Recientemente nuestra familia y nuestras prácticas de crianza han sido objeto de críticas por permitir que nuestros hijos corran maratones. La gente nos ha llamado negligentes, abusivos e ignorantes”, señalan.
En su carta, los padres justifican su decisión señalando que no hay estudios concluyentes que muestren que los maratones son perjudiciales para los niños. Entre otros, citan un estudio de 2010 de la Universidad de Minnesota que encontró que de 310 corredores de maratón de entre 7 y 17 años que corrieron el Maratón de las Ciudades Gemelas a lo largo de 26 años, sólo 4 requirieron evaluaciones médicas después de la carrera.
Sus explicaciones no convencen a Lee Troop, maratonista olímpico australiano y uno de los muchos atletas reconocidos que han expresado su preocupación por el bienestar físico y emocional de Rainier.
"Los organizadores de la carrera permiten que un niño de 6 años corra una maratón. El niño se detiene cada 3 minutos después de 20 millas, llorando y emocionalmente angustiado. Los padres lo sobornan para que termine y le den Pringles. Los padres no ven ningún problema en permitir que esto ocurra. Todo esto está mal", escribió Troop en Twitter.
Kara Goucher —atleta olímpica estadounidense de larga distancia— también publicó su opinión en contra.
Las directrices de la Clínica Cleveland para los corredores jóvenes establecen que para los niños de 7 años o menos, los padres deben buscar "carreras divertidas" cortas o carreras de entre 1 y 2 millas, mientras que los niños de 8 a 12 años pueden participar con seguridad en un 5K (3,10 millas). Los niños de más edad, entre 13 y 15 años, pueden correr con seguridad 10K (6,2 millas) o una media maratón (13,1 millas) y los de 16 a 18 años pueden correr maratones.
Otros casos que causaron polémica
No es la primera vez que los informes sobre niños que corren largas distancias suscitan polémica. En 2013, un niño de 9 años de Pensilvania que corría un maratón en la Antártida suscitó el debate. En ese momento, el médico deportivo pediátrico de Nueva Jersey, Steve Rice, dijo a CBS que los menores de 18 años no deberían correr esa carrera tan exigente físicamente.
"Con esos golpes, golpes y golpes, se corre el riesgo de dañar partes del cuerpo. Simplemente parece que no es necesario pedirle a una persona joven que haga eso. Tenemos leyes de trabajo infantil; tratamos de limitar lo que hacen los niños porque nos damos cuenta de que son solo niños", dijo Rice.
La mayoría de los expertos desaconsejan los entrenamientos intensos a los niños, cuyos huesos aún se están desarrollando, señala la revista especializada Running. Incluso a los 11 años, el desarrollo del cartílago de crecimiento no está completo; los niños que corren maratones antes de la pubertad pueden correr el riesgo de sufrir futuros problemas musculoesqueléticos.
Además, el entrenamiento extremo también puede reducir los niveles de HGH (hormona del crecimiento humano) y testosterona en suero en niños que aún no han pasado por la pubertad.
Por estas razones, los maratones tienen normas que obligan a los participantes a ser mayores de 18 años. Y estas normas, que los organizadores de la carrera Flying Pig se saltaron para la ocasión, están para algo.