El gobierno estadounidense mantiene en secreto las identidades de los deportados a la megacárcel de seguridad para pandilleros de El Salvador. Trump invocó una ley del siglo XVIII para enviar a parte de estos inmigrantes. Otro grupo fue deportado bajo la ley regular de inmigración y un tercer grupo a petición de El Salvador, sin especificar si se aplicó el tratado de extradición.