Juez federal bloquea la construcción del oleoducto Keystone XL que Trump autorizó al empezar su gobierno
En lo que significa un nuevo revés judicial para el presidente Barack Obama en 2015.
Apenas a dos días de llegar a la Casa Blanca, Trump firmó una orden ejecutiva para anular la decisión tomada por Obama en 2015, que denegó el permiso al oleoducto esencialmente por razones medioambientales.
Trump atacó a la istración de Obama por no avanzar frente a las protestas basadas en gran medida en preocupaciones ambientales y puso en marcha un cambio de rumbo en el oleoducto Keystone XL, que proyecta unir la provincia canadiense de Alberta con las refinerías del Golfo de México para transportar 830,000 barriles de crudo por día.
El presidente alegó entonces que la reactivación del polémico proyecto crearía puestos de trabajo y estimularía el desarrollo de la infraestructura.
El fallo del juez de Montana Brian Morris sobre este oleoducto no solo es un revés para Trump y la industria petrolera, sino una importante victoria para los grupos ecologistas y la defensa de los indígenas.
En su decisión, el juez Morris dijo que el análisis del gobierno fue insuficiente al no explicar los efectos de los precios actuales del petróleo en la viabilidad del oleoducto, los efectos acumulativos de las emisiones de gases de efecto invernadero, así como omitir un estudio de los recursos potenciales de los nativos americanos y modelos actualizados de posibles derrames de petróleo y medidas de mitigación recomendadas.
"El Departamento debe complementar la información nueva y relevante con respecto al riesgo de derrames", escribió Morris en su fallo provisional.
En cuanto al cambio climático, Morris señaló que el departamento negó el permiso en 2015 y se basó en gran medida en el papel de Estados Unidos en el liderazgo climático. Eso fue bajo la istración de Obama.
Las organizaciones Red Ambiental Indígena (Indigenous Environmental Network), la Alianza de Ríos de la Costa Norte (North Coast Rivers Alliance), el Consejo de Recursos de las Llanuras del Norte y otros grupos que demandaron a TransCanadá y al Departamento de Estado de EEUU celebraron la decisión.
"Yo lo llamaría un fallo histórico porque anula una decisión presidencial que pretende encontrar que un proyecto transfronterizo es de interés público", dijo Stephan Volker, un abogado de los demandantes con sede en Berkeley.
Doug Hayes, abogado de otra organización ambientalista, valoró el fallo positivamente al señalar que "deja claro de una vez por todas que es hora de que TransCanada renuncie a su sueño de Keystone XL".
Dena Hoff, agricultora de Glendive y miembro-líder del Consejo de Recursos de las Llanuras del Norte, calificó el fallo como una victoria del imperio de la ley y el sentido común en la istración de la tierra y el agua.
"Todos los estadounidenses deben estar orgullosos de que nuestro sistema contrapesos aún pueda funcionar incluso frente a enormes tensiones", subrayó Hoff.