Las explosiones de 'beepers' y 'walkie-talkies' de Hezbollah: 48 horas para la historia de los servicios secretos de Israel
Durante dos días, una de las operaciones secretas más espectaculares de las últimas décadas.
La autoría, como suele ocurrir en las operaciones que marcaron la historia de los servicios secretos, no está probada, una situación que permite a su artífice poder negarla.
Pero ningún experto, militar, agente o Estado alberga la menor duda. La operación de los buscapersonas lleva el sello del Mosad, el poderoso servicio de inteligencia exterior de Israel y responsable de las operaciones especiales en el extranjero.
Los reputados servicios israelíes vivieron un último año de extrema tensión, acusados de asesinar a uno de sus líderes en julio en el centro de Teherán.
El 17 de septiembre, a inicios de la tarde, cientos de de Hezbollah, movimiento islamista libanés próximo a Irán y aliado de Hamas, resultaron heridos por la explosión de sus bíperes.
Estos pequeños dispositivos, reliquias de otra época, permiten recibir mensajes y alertas sonoras utilizando su propia radiofrecuencia, al margen de las redes de telefonía móvil, evitando ser escuchados.
Las explosiones irrumpieron en varios bastiones de Hezbollah al sur de Beirut, en el sur de Líbano, en el valle oriental de la Becá e incluso en Siria.
La consternación que dejó el ataque contra Hezbollah
Las imágenes muestran escenas de horror. Las ambulancias acuden en masa a los hospitales. Una niña de 10 años se convierte en el primer muerto identificado, antes del hijo de un diputado de Hezbollah.
Manos arrancadas, ojos mutilados... los heridos yacen en plena calle en medio de los atascos, se instalan carpas para acoger a donantes de sangre. Un bíper explota en las manos de un hombre en un mercado.
Los responsables "deberán rendir cuentas", reclama el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk.
La televisión iraní anuncia que el embajador de Irán en Beirut resultó herido. Líbano cierra escuelas y universidades.
El contexto es tenso. Esa misma mañana, responsables israelíes, entre ellos el primer ministro Benjamin Netanyahu, anunciaron su deseo de que los habitantes del norte del país regresen a sus casas, sugiriendo la necesidad de que Hezbollah retroceda en Líbano.
Rápidamente, los escenarios de guerra sobrevuelan cancillerías y centros de reflexión: ataques, bombardeos, una ofensiva terrestre inminente... Pero ninguno acierta con lo que sucedería en realidad.
El primer balance transmitido por la AFP el martes a las 15H45 GMT, citando al ministro de Salud libanés, informa de 8 muertos y de casi 2,750 heridos. Hezbollah ya acusa a Israel.
Junto a la consternación inicial, las primeras hipótesis apuntan a una infiltración de Israel en la cadena de suministro de Hezbollah.
"No se trata de una proeza tecnológica", apunta un espía europeo, que pide mantener el anonimato. "Es el resultado de la inteligencia humana y de una fuerte logística", agrega, subrayando la exitosa operación.
Las explosiones de los 'walkie-talkies', segundo acto del ataque contra Hezbollah
Las autoridades israelíes guardan silencio, mientras que Estados Unidos, su aliado histórico, asegura que "no estuvo implicado" ni fue informado.
El movimiento proiraní está profundamente desestabilizado.
"Hezbollah recibió un golpe muy duro desde un punto de vista táctico, un golpe impresionante y global que afecta a los aspectos operativos y cognitivos, obligándole a trabajar en su defensa" y a identificar sus debilidades, explica a la AFP Yoram Schweitzer, un exagente convertido en investigador del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de Tel Aviv.
El Instituto estadounidense para el Estudio de la Guerra (ISW) afirma que se enviaron a Líbano unos 5,000 buscas hace cinco meses.
Según este centro de estudio, que cita fuentes estadounidenses sin especificar, la operación se desencadenó por temor a que "Hezbollah descubriera los dispositivos manipulados".
¿Cómo fueron saboteados? Un funcionario de seguridad libanés afirma que "estaban preprogramados para explotar y contenían materiales explosivos colocados junto a la batería".
Los servicios israelíes interceptaron estos dispositivos, del fabricante Gold Apollo de Taiwán, antes de su llegada a Líbano, según fuentes de varias nacionalidades citadas por el diario New York Times.
Pero la empresa taiwanesa asegura que no los fabricó y apunta a su socio húngaro BAC. Esta compañía, fundada en 2022 y registrada en Budapest, tiene como única empleada a su presidenta, Cristiana Barsony-Arcidiacono.
"Los dispositivos en cuestión nunca estuvieron en suelo húngaro", según el gobierno de Hungría.
Al tiempo que las condenas y los llamados a la calma se multiplican en el mundo, llega el segundo acto: walkie-talkies explotan el miércoles en Líbano, algunos durante los funerales de las víctimas de la víspera.
En total, las explosiones de ambos dispositivos dejaron 37 muertos en dos días, según el ministro de Salud libanés.
El impacto de estos ataques va más allá del costo humano dentro de la jerarquía de Hezbolá, ya que este movimiento tendrá que reconstruir su sistema de comunicación.
La "señal" de Israel
La historia deberá algún día detallar el desarrollo de la operación, al igual que el fracaso de los servicios de inteligencia israelíes el 7 de octubre.
Ese día, milicianos de Hamas atacaron el sur de Israel y mataron a 1,205 personas, en su mayoría civiles, según un balance de AFP basado en cifras oficiales israelíes.
De los 251 secuestrados durante la incursión islamista, 97 seguirían cautivos en Gaza, aunque 33 de ellos fueron declarados muertos por el ejército israelí.
La respuesta militar israelí en la Franja de Gaza había matado hasta esta semana a 41,272 palestinos, en su mayoría civiles, según datos del Ministerio de Salud del gobierno de Hamas que la ONU considera fiables.
Tras las críticas del 7 de octubre, los servicios israelíes "querían demostrar de lo que eran capaces", afirma el espía europeo.
Los de Hezbollah "fueron sorprendidos durante su día a día, en el corazón de sus comunidades", subraya Peter Harling, fundador del laboratorio de investigación Synaps Network.
Tercer acto: El jueves, el jefe de Hezbollah, Hasan Nasralá, promete "un justo castigo" contra Israel, reconociendo "un duro golpe".
Durante su declaración televisada, aviones israelíes sobrevuelan Beirut.
Irán denuncia por su parte "una masacre" y promete "un duro ajuste de cuentas".
La operación 'beepers' "no es una victoria decisiva", pero permite "enviar una señal a Hezbollah, a Irán y al resto" de sus aliados en la región: "Israel está probablemente listo para ser más activo, incluso más agresivo", según Yoram Schweitzer.
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