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Arqueología

El extraño caso de la niña medieval enterrada boca abajo y con los tobillos atados "para que no pudiera salir de la tumba"

Los arqueólogos encontraron los restos de la joven en los límites de un asentamiento medieval temprano y fueron estudiados por expertos del Museo de Arqueología de Londres (MOLA), quienes adelantaron algunas teorías sobre como pudo haber sido su vida.
Publicado 18 Ago 2023 – 08:23 AM EDT | Actualizado 18 Ago 2023 – 08:23 AM EDT
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Un hallazgo arqueológico en Cambridgeshire, a unas 60 millas al norte de Londres, en Reino Unido, revela algunas peculiaridades de las costumbres de la Inglaterra del siglo IX, así como aspectos de lo que se cree fue la dura vida de una adolescente que murió a aproximadamente a los 15 años de edad.

La menor fue enterrada boca abajo con los tobillos presuntamente atados, lo que sugiere a los arqueólogos que los encargados de su entierro tomaron medidas adicionales para garantizar que no pudiera 'regresar' de la tumba.

Por qué enterraron a la niña boca abajo

Los arqueólogos encontraron los restos de la adolescente en los límites de un asentamiento medieval temprano cerca del pueblo de Conington en Cambridgeshire, donde se realizaron excavaciones entre 2016 y 2018 y fueron estudiados por expertos del MOLA.

Aunque en la Inglaterra del siglo IX prevalecía la religión cristiana, la práctica del entierro en cementerios asociados con iglesias no estaba establecida, pero un aspecto constante durante el período era que el cuerpo se colocaba boca arriba.

Un entierro boca abajo en una fosa distingue a la joven hallada como vista socialmente diferente por la comunidad en la que vivió.

Un comunicado de MOLA indica que "se cree que ser enterrado boca abajo fue una expresión social de 'diferencia', una práctica de entierro reservada para personas consideradas fuera de la sociedad medieval temprana",

“Esto incluye a aquellos que se veían o actuaban de manera diferente al resto de la comunidad, aquellos de bajo estatus social, así como personas que sufrieron muertes violentas o inesperadas”, continúa el comunicado.


Los osteólogos, o especialistas en huesos, de MOLA encontraron evidencia que sugiere que la niña era de un estatus social bajo y sospechan que puede haber muerto repentina o inesperadamente, ya que sus huesos no mostraban signos de una enfermedad grave y prolongada.

Los huesos revelan evidencia de haber sufrido desnutrición infantil y osteoartritis en la columna vertebral, la cual se habría visto exacerbada por la realización de trabajos pesados desde una edad temprana, según el comunicado.

“Probablemente, nunca sabremos exactamente cómo la comunidad en la que creció vio a esta joven, pero la forma en que fue enterrada nos dice que casi con certeza fue vista como diferente”, dijo Don Walker, osteólogo humano senior de MOLA, en el comunicado.

“Este entierro brinda una oportunidad interesante, aunque trágica, de ver las realidades de la vida y la muerte para aquellos vistos como extraños en el pasado” agrego Walker, subrayando también que “la posición de sus tobillos sugiere que pueden haber estado atados, lo que implica que la comunidad tomó medidas adicionales para asegurarse de que no pudiera ‘regresar’ de la tumba”.

El lugar de su entierro ofrece una pista sobre cómo la niña era vista por su comunidad


Los arqueólogos de MOLA creen también que el lugar del entierro puede ser significativo. El cadáver de la niña fue enterrado en una fosa que había contenido un poste de madera que apuntalaba la entrada de un asentamiento, según el comunicado.

Los arqueólogos de MOLA piensan que “si bien la reutilización de este gran agujero como tumba podría haber sido puramente oportunista, la colocación del cuerpo boca abajo da a entender que la ubicación tiene mucha más importancia y tiene similitudes con otros entierros inusuales de la Alta Edad Media”.

“Las fronteras y los límites parecen haberse reservado para entierros significativos o inusuales en la Inglaterra medieval temprana" dice el comunicado.

Otra mujer medieval, que se cree murió ejecutada, también fue enterrada boca abajo y también en el límite de un asentamiento en la misma era, a unas 30 millas de distancia de donde fue hallada la niña. A diferencia del caso de la niña, a la osamenta de la mujer le faltaban los brazos, la cabeza, el cuello y parte de la columna.

Los científicos del MOLA usaron datación por radiocarbono para revelar que la niña murió entre los años 680 y el 880. El trabajo arqueológico en el sitio sugiere que la actividad del asentamiento que se estableció en el lugar terminó durante los siglos VIII y IX.

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