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Estos jóvenes fueron detenidos por agentes migratorios mientras trabajaban. Ambos tienen estatus legal en EEUU

Dos jóvenes fueron detenidos mientras trabajaban. Ambos tienen estatus legal en Estados Unidos y aún así, las autoridades migratorias cuestionaron sus documentos. Uno fue liberado; el otro, cuya madre es invidente, sigue arrestado y su abogada desconoce cuáles son las razones.
Publicado 7 Mar 2025 – 04:53 PM EST | Actualizado 8 Mar 2025 – 02:48 AM EST
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HOUSTON, Texas.- Sergio Carlos Gómez ya está libre. Pero Kevin, el hijo de Yolanda Ramírez, no. Los dos jóvenes tienen un estatus legal en Estados Unidos y aun así, fueron detenidos por autoridades migratorias como parte de la política de arrestos y deportaciones del presidente Donald Trump.

Sus casos probablemente contarán en las cifras que muestre el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) el próximo mes, aunque uno sea beneficiario de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) y el otro esté protegido por un estatus especial juvenil que incluso lo abre camino a la greencard.

"Migración no está siguiendo sus propios procedimientos", dijo el jueves en una rueda de prensa César Espinosa, director ejecutivo de FIEL, una organización de apoyo a los inmigrantes en Houston. Condenó que ambos jóvenes fueran detenidos mientras estaban en sus trabajos, "erróneamente" y "por la retórica de esta istración".

Sin filtro y presionados por la frustración de Trump con las cifras, ICE y otras agencias federales —como la DEA o el FBI— publicitan en sus redes sociales fotos de operaciones en las que cooperan para la detención de inmigrantes en distintas ciudades del país. La DEA es la agencia antidrogas de Estados Unidos; el FBI, es el Buró Federal de Investigaciones. Y en el caso de Texas, el gobernador, Greg Abbott, es un propulsor de la política de "deportaciones masivas" y ha puesto a disposición del mandatario sus agencias estatales y locales.


Sin responsabilidades específicas en materia migratoria, Espinosa explica que "no se está dando el entrenamiento adecuado para identificar a las personas que están legalmente en el país". Los casos de Sergio y Kevin, asegura, son una muestra de ello.

Univision Noticias pidió a la Patrulla Fronteriza y al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) detalles de estas detenciones. La primera respondió que "por privacidad no pueden dar detalles de casos individuales". De la segunda agencia, no obtuvimos respuesta hasta la publicación de esta historia.

"Tiene que tener una visa"

Durante el último mes, Sergio Carlos había cruzado sin problemas por el mismo punto de control de la Patrulla Fronteriza al volver del trabajo desde Uvalde a Houston. Pero hace una semana, un oficial de turno le pidió su visa, alegando que debía tenerla como paso previo para que le dieran su permiso de trabajo de DACA: "Yo le dije que desde que he aplicado para el permiso de trabajo nunca me han notificado de que tengo que traer una visa".

Lo dejaron detenido en este punto desde las 12:40 de la tarde hasta pasadas las ocho de la noche del 27 de febrero. Y de allí, lo trasladaron a una carpa en Eagle donde estuvo arrestado hasta el día siguiente.


Ya en ese centro, Sergio Carlos, de 30 años, cuenta que volvieron a revisar sus documentos y uno de los funcionarios comentó: "Esto es DACA, ¿por qué él está aquí? Él no tiene por qué estar aquí". Pero el turno de ese oficial estaba por terminar y decidió dejar el caso en manos de su supervisor. Le dijo, recuerda el joven: "Ya depende de él si te van a dejar, si van a dejar que te vayas o van a dejar que te manden para México".

En esas horas, los funcionarios le pidieron firmar dos documentos. Uno en el que aceptaba que estaba siendo detenido por autoridades migratorias; otro en el que daba sus datos personales y máse sus padres, incluida la dirección de su casa. Se negó a firmarlos.

En doce años como beneficiario de la Acción Diferida, Sergio Carlos nunca había vivido que un funcionario de inmigración cuestionara su estatus. La detención y su traslado a un centro de la Patrulla Fronteriza este jueves le despertó los recuerdos de niño, de cuando su familia cruzó la frontera de México hacia Estados Unidos. Pero ahora estaba solo. Siente que la experiencia le creó "un trauma".

"Sabía que me podían quitar DACA en cualquier momento, no sabía en cuánto tiempo (...) Con todo lo que me pasó, de ser detenido, no tengo mucha confianza de andar fuera. Nada más a algunos lugares que conozco", dijo a Univision Noticias.

Sergio Carlos cuenta que a las 9:00 am del día siguiente lo liberaron. Fue entonces cuando su familia supo dónde había estado detenido. Aunque ya está en casa, asegura que le cuesta dormir por las noches: "Cuando me quedo dormido pienso que ando de vuelta en el centro de detención y me levanto. Me tardo un rato en quedarme dormido otra vez".

Tras la experiencia, este beneficiario de DACA pidió unos días de vacaciones en su trabajo, como constructor de rieles de tren, para pensar en sus próximos pasos. Cree que seguirá en su trabajo con una condición: no volverá a trasladarse a zonas en las que haya puntos de control de la Patrulla Fronteriza.

César Espinosa, de FIEL, explica que DACA permite que sus beneficiarios crucen puntos de control internos en el país: "Ellos debieron haber sabido que él tenía un permiso de trabajo como DACA". Destaca que Carlos no firmara nada. Si lo hubiera hecho, dice, "a lo mejor su historia hubiera sido totalmente diferente".

"Le dijo que tenía orden de deportación"

A Kevin Saldaña Ramírez lo detuvieron el martes 25 de febrero, mientras trabajaba en la construcción de una casa. Era su segundo día en esa obra. Funcionarios de ICE irrumpieron en el lugar sin una orden judicial, cuentan, y pidieron papeles. Ese día, a Kevin se le quedó la cartera, pero conocía de memoria su "A-number", el número de identificación de su caso de inmigración, y su número de seguro social.

Los recitó y recibió una respuesta inesperada: "El señor le dijoque eran falsos y que tenía orden de deportación. Entonces, dice mi hijo que lo trataron como a un perro", denuncia su mamá, Yolanda Ramírez, quien es invidente y depende económicamente de su hijo detenido.

En una rueda de prensa, su abogada, Susana Hart, explicó que Kevin tiene estatus de inmigrante juvenil especial, "un alivio migratorio creado por el Congreso para proteger a niños vulnerables". Con esa protección, explica la página del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS), podría calificar para una residencia legal permanente o greencard.

"Sigue detenido injustamente. Esto es solo un error burocrático", dijo Hart. "Es una afrenta a la justicia y a la comunidad inmigrante. Detener a alguien con un camino claro hacia la residencia y eventualmente a la ciudadanía estadounidense es cruel, innecesario y contrario a los valores de este país", reclamó.

Hart asegura que desconoce qué argumentos tiene el gobierno federal para mantenerlo detenido. Explica que el joven de 20 años sí tuvo una orden de deportación previa, pero fue eliminada por un juez para que pudiera someter la aplicación de su residencia. "En estos momentos él no tiene nada. No tiene un récord criminal que pudiera dejar que el gobierno no proceda con el caso de él".

Yolanda Ramírez migró a Estados Unidos para proteger a sus dos hijos de las pandillas de El Salvador, que ya buscaban reclutar a Kevin, de 14 años para ese momento. Pero también buscaba cuidarlos de su propia familia: el padre de los niños nunca respondió económicamente por ellos y la nueva pareja de él, cuenta Ramírez, la amenazó con desaparecerla a ella y a sus hijos si no los dejaban en paz.

"Salí de mi país esperanzada para darles una mejor vida a mis hijos y que ellos estuvieran libres, seguros", dijo a Univision Noticias. "No me esperaba esta situación que se está dando", agrega al decir que su hijo trabaja desde los 16 años para apoyarla con la casa.

Cuando Kevin fue detenido, la familia debía un mes de renta y la casa estaba sin luz. Conocidos le ayudaron a pagar la deuda. Mientras su hijo regresa, su hermana la apoya con la comida.

Ella solo le pide a Trump "que se toque el corazón": "Que agarre, sí, a los que en verdad son delincuentes, pero no a gente trabajadora, inocente, como mi hijo".


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