El sindicato United Auto Workers extiende la huelga a más plantas de Stellantis y General Motors, pero anuncia progresos con Ford
Shawn Fain, presidente del sindicato United Auto Workers (UAW), cumplió este viernes su promesa de ampliar la huelga, pero lo hizo solo a las plantas de General Motors y Stellantis, ya que anunció que había habido progresos en las negociaciones con Ford.
Fain anunció que los trabajadores de los 38 centros de distribución de repuestos de General Motors y Stellantis, distribuidos en ciudades de 20 estados, entrarán en paro a partir de este mediodía.
Se trata de unos 5,600 trabajadores más que se unen a los alrededor de 12,000 de tres fábricas, una de cada una de las tres grandes compañías fabricantes de autos de EEUU que ya estaban en huelga desde hace una semana.
"Cerraremos los centros de distribución de repuestos hasta que esas dos empresas entren en razón y se sienten a la mesa de negociaciones", declaró. Sin embargo, dijo que con Ford había habido avances, por lo que por el momento no se han sumado sus plantas a la huelga.
"Para ser claros, no hemos terminado con Ford", dijo. "Tenemos serios problemas que resolver, pero queremos reconocer que Ford se toma en serio la idea de llegar a un acuerdo", agregó.
El UAW representa a cerca de 150,000 trabajadores del sector automotriz y ha optado por una estrategia de paros selectivos en determinadas fábricas de 'las tres grandes de Detroit¡, que por primera vez se han visto afectados por una huelga al mismo tiempo.
El sindicato reclama aumentos salariales de más del 30% en cuatro años, el restablecimiento de las pensiones con prestaciones definidas para todos los trabajadores y una semana laboral de 32 horas con paga de 40 horas. Las empresas ofrecen un incremento en torno al 20% y se resisten firmemente a otras exigencias del sindicato.
Cientos de despidos: la respuesta de los grandes fabricantes
General Motors (GM) y Stellantis anunciaron el miércoles nuevos despidos y los atribuyeron a perjuicios derivados de la huelga de United Auto Workers, lo cual agudiza aún más los desencuentros entre ambas partes.
Esta semana parecía que podía haber avances con Stellantis, que presentó al sindicato una nueva propuesta de convenio colectivo. Pero un portavoz de la compañía dijo que la propuesta cubría principalmente asuntos no económicos.
Stellantis, que fabrica los vehículos Jeep, Chrysler y Dodge, dijo que tiene previsto despedir a más de 300 trabajadores en Ohio e Indiana debido a “restricciones de almacenamiento” causadas por la huelga de UAW en la armadora en Toledo, Ohio.
Por su parte, General Motors declaró que la huelga en su planta armadora cercana a San Luis había interrumpido las actividades de su armadora de Kansas, afectando a otros 2,000 trabajadores, ya que, supuestamente, esa planta depende de las partes troqueladas que se realizan en la instalación que sí están en paro. GM dijo que no prevé reanudar las actividades en esa otra planta hasta que se acabe la huelga, y, por tanto, no habrá pagas suplementarias a los trabajadores, en un intento por demostrar “que nadie gana en una huelga”.
Fain, el presidente de UAW, dijo a la prensa la semana pasada que los despidos eran innecesarios y que no son más que un intento por parte de los fabricantes de presionar a los trabajadores para que acepten menos en las negociaciones contractuales.