Qué puede cambiar en el mundo con el segundo mandato de Trump
La victoria de Donald Trump en las elecciones del 5 de noviembre fue incontestable. Los republicanos retomaron la Casa Blanca, el control del Senado y esperan la definición de la mayoría en la Cámara de Representantes.
sino en el plano internacional, un aspecto que maneja de forma exclusiva la Presidencia.
Por eso, y con el recuerdo de lo que hizo en su primer mandato, la comunidad internacional espera con expectativa cómo Trump manejará la política exterior después de que asuma el poder el 20 de enero de 2025.
En su primer gobierno, Trump sacudió la escena internacional al alterar la alineación tradicional de Washington con sus aliados, particularmente dentro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte; desató una guerra comercial con China; modificó la relación con México y Canadá dentro del tratado de libre comercio; y tomó decisiones en Medio Oriente que rompieron con la línea que había mantenido por décadas el gobierno estadounidense.
Aquí repasamos los principales temas internacionales:
Israel y el conflicto en Medio Oriente
Bajo el primer gobierno de Trump se produjo una alineación casi absoluta entre Washington y Tel Aviv, al punto que se reconoció la soberanía israelí sobre territorios ocupados. También, bajo su primera istración se llevó la embajada de Estados Unidos a Jerusalén (cumpliendo con un mandato del Congreso que se mantuvo en suspenso por décadas) y, en general, se abandonó el papel de mediador con los palestinos que había ejercido Estados Unidos.
Ahora, Trump volverá a la Casa Blanca en un periodo de creciente conflicto en Medio Oriente. Israel sigue adelante con una brutal ofensiva contra el grupo Hamas en Gaza, con la que ha matado a cerca de 43,000 civiles palestinos, contra Hezbollah en Líbano y también mantiene sus hostilidades con Irán.
Durante la campaña, él prometió resolver los conflictos, pero su historial de apoyar a Israel, su insistencia de que la guerra en Gaza debería terminar rápidamente, así como las fuerzas aislacionistas en el Partido Republicano y la imprevisibilidad que le caracterizan plantean numerosas dudas sobre cómo su presidencia afectará a la región.
Trump ha exhortado reiteradamente a Israel a “terminar el trabajo” y acabar con Hamas, pero sin decir cómo.
“¿Terminar el trabajo significa que tienes libertad para lidiar con los restos de Hamas? ¿O terminar el trabajo significa que la guerra debe terminar ahora? Esos son parte de los enigmas aquí”, dijo a la agencia de noticias AP David Makovsky, director del programa sobre relaciones árabe-israelíes en el Instituto para Políticas en Oriente Medio, con sede en Washington.
OTAN, la continuidad de la alianza
Una de las principales interrogantes en Europa es si Trump retirará a Estados Unidos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, a la que ha criticado reiteradamente por considerar que sus estados miembro no aportan fondos suficientes mientras Washington destina una cantidad desproporcionadamente alta.
El vicepresidente electo, JD Vance, dijo la semana pasada a NBC que “por supuesto que honraremos nuestros compromisos con la OTAN. Pero creo que es importante que reconozcamos que la OTAN no es un receptor de beneficencia. Debe ser una alianza real”.
La OTAN estima que 23 de sus 32 estados miembro cumplirán este año la meta establecida por la organización de destinar al menos un 2% de su Producto Interno Bruto a defensa, comparado con las tres naciones que tenían ese nivel de gasto hace una década.
Analistas atribuyen la tendencia a la presión que ejerció Trump durante su primera presidencia y a la invasión rusa a Ucrania.
Expertos en seguridad nacional allegados al presidente electo dijeron al medio Politico que, durante un segundo mandato, Trump probablemente dará un giro la misión de las Fuerzas Armadas estadounidenses en Europa, de manera que Estados Unidos mantenga superioridad aérea, bases en Alemania, Inglaterra y Turquía, y fuerzas navales. Según ese plan, el manejo de infantería, equipos blindados y artillería pasaría de manos estadounidenses a manos europeas.
Al final del primer mandato, la istración Trump elaboró un plan para desplazar 12,000 soldados destacados en Europa a otros destinos, pero Biden lo descartó al llegar a la Casa Blanca.
Qué pasará con la guerra en Ucrania
Ese debate sobre la OTAN tiene una incidencia directa en la guerra que Rusia libra con Ucrania, nación que durante los últimos tres años ha recibido cooperación considerable del gobierno de Biden, algo que muchas voces republicanas han cuestionado.
Durante la campaña electoral, Trump dejó claro que se opone a armar a Ucrania y considera a Kiev parcialmente responsable de la invasión rusa. También afirmó que él podría alcanzar un acuerdo de paz con Rusia, aunque no especificó en cuáles términos.
Sus comentarios causaron alarma debido a los comentarios positivos que ha tenido sobre el líder ruso, Vladimir Putin, y las críticas reiteradas que ha lanzado al presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky.
A pesar de eso, Zelensky fue uno de los primeros líderes en felicitar a Trump por su triunfo. “Agradezco el compromiso del presidente Trump a la estrategia de ‘paz a través de la fuerza’ en los asuntos globales”, dijo el ucraniano. Agregó que ese principio “puede acercar una paz justa a Ucrania”.
Marko Mihkelson, jefe de la delegación de Estonia en la OTAN, escribió en X que “Europa debe hacer todo para preservar la alianza transatlántica. Los años más difíciles de la OTAN están por venir”. Estonia tiene frontera con Rusia.
Un nuevo capítulo en la guerra comercial con China
Si Trump mantiene sus promesas de campaña, las exportaciones de China a Estados Unidos podrían recibir un arancel del 60%, en lo que sería un nuevo episodio de la guerra comercial que ambas naciones libran durante años recientes.
En su primer mandato, Washington impuso aranceles a productos chinos por 360,000 millones de dólares, después de lo cual ambas naciones firmaron en 2020 un acuerdo comercial en el que Beijing se comprometió a respetar la propiedad intelectual y comprar productos estadounidenses por 200,000 millones de dólares. Un grupo investigador determinó dos años después que China no compró prácticamente ninguno de los artículos que había prometido adquirir.
A pesar de la amenaza de aranceles más fuertes, podría haber una fase colaborativa con China para gestionar una solución a la guerra en Ucrania. Tal como hizo para buscar una aproximación con el líder norcoreano, Kim Jong Un, Trump podría solicitar ayuda a su homólogo, Xi Jinping, para negociar un acuerdo que ponga fin a la guerra en Ucrania.
“China es el principal socio comercial de Rusia y de Ucrania. Esos estrechos lazos comerciales dan a China una oportunidad única de jugar un papel mayor en los esfuerzos para buscar la paz”, escribió Wang Huiyao, fundador del centro de estudios Centro para China y la Globalización, con sede en Beijing.
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