Los últimos días de El Bronx, uno de los barrios más peligrosos de Bogotá

"La policía llegó a las 5 de la mañana. Tumbaron la puerta a patadas y nos sacaron. Agarramos todo lo que pudimos llevar, pero tuvimos que dejar la mayoría de nuestras pertenencias".
Quien habla, Omar López Franco, es una de las cinco personas que quedan en el Bronx, el famoso vecindario de la capital colombiana, Bogotá, a muy poca distancia del Palacio Presidencial. El gobierno dejó que el Bronx se pudriera por más de diez años, hasta que unos 2,000 agentes de policía descendieron sobre la zona y cerraron toda el área en 2016.
Ahora, mientras las infames calles esperan por la demolición y una posterior regeneración integral como centro creativo para la ciudad, solo un puñado de residentes permanece en lo que anteriormente era la zona de drogas más célebre de la capital.
"Cuando me mudé aquí, era un buen vecindario, todo estaba bien pavimentado y lindo". Pero, como explicó López, todo cambió cuando la policía limpió El Cartucho, un área cerca del Bronx que había sido invadida por las drogas y bandas criminales.
Los inquilinos de El Cartucho luego llegaron al Bronx, que pronto se convirtió en un lugar de leyenda urbana, donde los residentes se vigilaban a sí mismos.
"Al principio venía la policía, pero luego no vino durante más de 10 años", dijo Omar.
En este "infierno viviente" , como lo describían los periódicos colombianos, unas 3,000 personas vivían en las calles, que estaban controladas por una banda de microtraficantes fuertemente armados conocidos como "Sayayines", que enviaban a cualquiera que se cruzara en su camino a la casa de pique, el lugar donde se torturaba y se desaparecían los cuerpos de personas.
Los cadáveres se los lanzaban a los cocodrilos en los sótanos; se utilizaba un túnel subterráneo de 100 metros de largo para contrabandear drogas, armas y secuestrar víctimas; se mantenían niñas menores de edad como esclavas sexuales; y las salas de tortura estaban equipadas con los instrumentos más macabros.
"Mucha gente venía aquí para meterse drogas", describió Omar. "Personas inteligentes con todas sus ropas elegantes. Y luego, después de tres días aquí, estaban vestidas con ropa de gente que vivía aquí".
Cuando la policía desalojó a los residentes del área, López y su esposa, quien murió el año pasado, durmieron en las calles hasta que rogaron que se les permitiera regresar a su hogar.
Ahora López vive solo en su habitación podrida y decrépita. La única razón por la cual el edificio aún está en pie, dice, es porque las autoridades desconocen al propietario y por lo tanto no han podido comprar la tierra. "Tan pronto como aparezcan los dueños, el gobierno les comprará el edificio y me botarán de aquí".
El alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, tiene planes ambiciosos para la remodelación del área ahora protegida y acordonada por la policía. Es parte de una iniciativa de regeneración más amplia para la capital, la cual se enfoca en establecer diez distritos de arte con la esperanza de galvanizar los sectores creativos de Colombia.
"Vamos a crear un espacio realmente espectacular y hermoso, para la moda, para los eventos, para el deporte", dijo Peñalosa.
La alcaldía ha invertido 190,000 millones de pesos colombianos (aproximadamente 66.5 millones de dólares) para financiar la primera fase del proyecto, lo cual cubre la planificación, el diseño y la construcción del distrito, incluyendo un nuevo campus universitario del SENA. SENA, que significa Servicio Nacional de Aprendizaje, es la institución pública de Colombia que ofrece cursos vocacionales. Este campus ofrecerá únicamente cursos del sector creativo, tales como ingeniería de sonido y diseño gráfico. Está programado que la construcción comience en diciembre y se le entregue al SENA a fines de 2019 para el comienzo de la segunda fase. Se espera que toda el área se termine y se abra al público para el año 2021.
Peñalosa también ha creado La Economía Naranja, una organización del sector privado con sede en Bogotá, fundada en 2013 para poner en marcha la economía de los empleos en el sector de la creatividad y atraer la inversión extranjera.
"El nuevo Distrito Recreativo del Bronx es un importante proyecto insignia para galvanizar los sectores creativos en Colombia", dijo el co-fundador del grupo Juan Diego Ortiz.
"Estamos sentando las bases no solo para la regeneración urbana tan necesaria, sino también que estos sectores de la economía experimenten un crecimiento exponencial".
La regeneración más amplia alrededor del nuevo campus del SENA es crucial para la prosperidad a largo plazo del distrito.
Incubadoras de nuevas empresas, espacios de oficinas subsidiados y a asesoría y asesoría tributaria ocuparán las calles una vez infestadas por las drogas, así como una pasarela para espectáculos de moda y diseño.
"La idea es usar esto como un plan para implementar en otras ciudades importantes de Colombia durante los próximos 18 meses", añadió Ortiz. "Esperamos poder crear un modelo que sea el mejor ejemplo en la práctica de la utilización de la regeneración urbana para estimular el crecimiento económico en estos sectores".
El presupuesto también incluye comprar los terrenos e involucrar a los exhabitantes del Bronx en los programas de servicios sociales. De los miles de personas que vivían en el Bronx, más de 1.300 están en programas de bienestar social provistos por el gobierno y 800 están en capacitación laboral. Sin embargo, muchos—incluyendo a Omar López—rechazaron la ayuda, prefirieron seguir en las calles y no hay registros de lo que sucedió con muchos de los exresidentes.
López —quien dice tener algo así como 60 años, aunque no está seguro de su edad exacta— será desalojado cuando finalmente se inicie el trabajo de construcción y, tras un acuerdo inusual con el gobierno, recibirá un salario mínimo durante dos años. Junto con los otros cuatro residentes restantes, él recibe un seguro médico público, una pensión, y ahora por primera vez tiene una cédula, el documento nacional que prueba la ciudadanía.
"Realmente quiero irme, pero mi familia está en Valle y mi única hija es vieja y vive en Medellín", explicó Omar. "No tengo a nadie en Bogotá, así que me quedé aquí".
"Estamos recuperando este distrito del Bronx", dijo Peñalosa. "Tendremos eventos culturales, conciertos, fiestas y desfiles de moda.
"Muy poca gente recordará el horror de lo que había antes de esto, porque se convertirá en uno de los mejores lugares de Colombia y América Latina".
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.