Gracias a la Convención Internacional de Derechos Humanos y Migración, múltiples familias mexicanas lograron reunirse con sus seres queridos, quienes habían migrado hacia Estados Unidos. En algunos casos el tiempo de separación era de más de 30 años y aunque algunos no pudieron darle el último adiós a sus padres, otros podrán pasar el Día de la Madre junto a ellas.