7 mitos sobre la noche de bodas que solo suceden en las películas, ¡comprobado!

No es novedad que lo que pasa en la películas no siempre pasa en la vida real. Es muy extraño que algo de las películas nos suceda a alguno de nosotros, como que el amor de tu vida corra todo un aeropuerto para impedir que te vayas.
Algo similar ocurre con la imagen que tenemos de una noche de bodas, como aún no nos hemos casado creemos lo que nos muestra el cine... ¡Grave error!
Estos son algunos de los mitos sobre la noche de bodas que amigos que sea han casado desmienten:
Mito 1: Llegar virgen a la noche tan deseada
Si, como no. Eso tal vez pasaba antes, cuando era una imposición social pero ¿ahora? Es más difícil encontrar ese tipo de personas.
Mito 2: Tener sexo apasionado toda la noche
Sementales de la noche, genios del kamasutra... la pareja recién casada no deja de tener sexo en ningún momento desde que llegan al hotel.
Lo siento, pero eso es una completa mentira. Uno o dos ¡y a dormir!
Mito 3: Tener sexo
Y sí, luego de horas previas de preparación, una fiesta en la que bebieron, bailaron y se divirtieron, difícilmente quede energía para la acción.
Mito 4: Que ambos estén impecablemente vestidos
Cuando los novios llegan a la habitación suelen tener la ropa limpia, los peinados intactos y ella siempre tiene el maquillaje impecable.
Bailaron 5 horas sin parar, transpiraron con sus amigos, bebieron de más, y luego de todo eso tenemos que creer que ¿nada estropeó el outfit perfecto?
Mito 5: El novio carga a la novia en brazos al entrar en la habitación
Cansancio acumulado es la respuesta para todo lo que sucede luego de la fiesta de bodas. Dudamos que el novio pretenda cargar a su flamante esposa hasta la habitación.
Mito 6: Siempre se tiene energía para ser felices y amarse
La noche del festejo más grande de sus vidas, que prepararon con al menos 1 año de anticipación y debemos creer que llegaron sobrios y repletos de energía para amarse y sonreír. ¡Solo en las películas!
Mito 7: Se levantan sin resaca
Es mentira, punto.
No todo es lo que parece y en este caso las noches de bodas no parecen ser tan idílicas como el cine quiere que las veamos… ¡Farsantes!