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La clave para criar a un hijo feliz es dejarlo ser inquiero, revoltoso y ruidoso (expertos)

Publicado 17 Mar 2021 – 03:21 PM EDT | Actualizado 22 Mar 2021 – 07:05 PM EDT
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Durante sus primeros años de vida, tu pequeño alcanzará hitos evolutivos que son esenciales para su crecimiento. En esta etapa nacerá su curiosidad y despertarán sus ganas por descubrir las maravillas del mundo.

Permitir que nuestros hijos jueguen, corran y se ensucien es clave para que tengan una infancia feliz y pueden convertirse en adultos resilientes, asegura la Universidad de Berkeley.

Sin embargo, en los últimos años ha nacido un movimiento 'anti-niños' que parece no entender el significado de la infancia ni lo que representa para la sociedad.

En países como Estados Unidos y Reino Unido, por ejemplo, se han presentado casos de establecimientos que impiden el paso a menores argumentando que desean un espacio libre de berrinches y juegos infantiles.

Es posible entender que alguien no simpatice con un niño; no obstante, lo que resulta inaceptable es que este tipo de 'adultismo' juzgue a un pequeñito por su comportamiento y sea apático con una realidad diferente a la suya.

El (abrumador) peso de la niñofobia

Imagina lo siguiente: estás en un espacio público y de pronto, tu hijo comienza a llorar desconsoladamente. Al poco tiempo, todas las miradas se clavan sobre ti y te observan como si fueras la peor madre del mundo.

¿Te suena familiar?

Esta situación es un claro ejemplo de 'niñofobia'. Según los expertos, dicho término se refiere a cuando se prohíbe la entrada a niños menores de 6 a 10 años, con la intención de que sus actitudes no molesten a los demás.

La idea central es que si un niño llora, grita o atrae la atención de otros, es porque sus padres están haciendo un mal trabajo. Esta idea, además de ser falsa, estigmatiza los diferentes procesos de la infancia.

Por eso, es muy importante dejar en claro que todos los niños y niñas tienen una personalidad diferente, así como su propia forma de interactuar con los demás.

Mientras hay pequeñitos que disfrutan reír en voz alta y socializar en cualquier sitio, hay otros que prefieren estar solos y distraerse escuchando música o leyendo. Ambos casos son válidos y no deberían ser objeto de burlas o prejuicios.

Hoy en día, parece que cualquier comportamiento que tengan los niños está asociado con algún defecto en la crianza. Empero, contrario a lo que todo el mundo imagina (o da por hecho), los niños también tienen días malos.

Al sentir frustración o tener dificultad para expresar sus emociones correctamente, es habitual que pierdan el control y utilicen gestos para manifestar sus ideas y pedir ayuda.

Una solución amorosa

Como mencionamos al principio, es completamente normal que los pequeñitos quieran experimentar, sentir, tocar y aprender.

Si los obligamos a guardar silencio, dejar de llorar o hablar en voz baja, lo que realmente estamos haciendo es educar a niños temerosos que, eventualmente, se convertirán en adultos reprimidos y con baja autoestima.

En cambio, si notas que tu hijo está inquieto o tiene un mal comportamiento, es muy importante que aprendas a identificar sus necesidades y las resuelvas con una actitud amorosa y empática.

De esta forma, su relación mejorará notablemente y te será más fácil comprender sus actitudes cuando estén con otras personas.

Bastarán un par de meses (o años) para que tu pequeño crezca y se convierta en una persona más tranquila y sociable.

Mientras tanto, es esencial que respetes su identidad y le brindes un ambiente seguro, amoroso y responsable que lo impulse a salir adelante y explorar el mundo. Aquí te mostramos algunos tips que sí o sí debes conocer.

Defiende a tu pequeñito de una sociedad intolerante y recuerda que un niño feliz es un niño ruidoso, inquieto y muy revoltoso. Nunca lo olvides.

¿Qué piensas de la 'niñofobia'? Escribe tu opinión en los comentarios.

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