Por qué el calentamiento global es una amenaza dramática para el café

Queridos bebedores de café, el panorama no es halagador.
De acuerdo con un reporte reciente de The Climate Institute, de continuar el calentamiento global como hasta ahora, el cafeto (arbusto del cual se extrae el grano del café) podría extinguirse en 2080.
El futuro pinta de forma poco halagadora. De acuerdo con el documento 'A Brewing Storm: The Climate Change Risks to Coffee', en 30 años la mitad de las tierras destinadas al cultivo de café van a desaparecer. Esto llevaría a una escasez en la producción, aumento en el costo del grano y cambios en la calidad del sabor y aroma del café.
Sí, ahora una taza de café será más difícil de obtener, a un mayor precio y con un sabor y aroma inferior.
Sin embargo, el calentamiento global es apenas uno de los factores que ponen en riesgo al arbusto del café. Las plagas como la Hemileia vastatrix (un hongo cuyas esporas amarillas parece que "oxidan" las hojas) y el gorgojo del café ( Hypothenemus hampei) amenazan la producción del grano.
De todos, la cosecha del grano en México podría ser la más afectada, pues de acuerdo con un estudio local, el aumento de la temperatura podría hacer inviable el cultivo y producción de café en Veracruz, una de las regiones cafetaleras más importantes de ese país, en menos de 20 años.
Así, sumando las emisiones contaminantes, la deforestación, el aumento de la temperatura a nivel global y los predadores naturales del arbusto se convierten en la mezcla perfecta que llevaría a la extinción de las variedades silvestres del grano en 60 años. Claro, a menos que se haga algo.
¿Qué podemos hacer los consumidores?
Una forma en la que los consumidores ávidos de café pueden ayudar a evitar la extinción del arbusto es simple: elegir granos cultivados por pequeños agricultores. Esto por una sencilla razón.
Los productores pequeños se adaptan mejor a las condiciones climatológicas y se pueden adaptar con mayor facilidad a los cambios ocasionados por el calentamiento global. Además, al recibir dinero de la venta del grano cultivado por ellos, como parte del comercio justo, pueden destinarlo directamente a los agricultores y sus comunidades para ajustarse a los cambios en el clima.
Lea también: