null: nullpx
Miedo

¿Le tienes miedo al color amarillo? Lo comprenderás mejor cuando sepas esto

Publicado 20 Abr 2017 – 02:00 PM EDT | Actualizado 26 Mar 2018 – 10:34 AM EDT
Comparte

En el mundo existen tantas fobias como personas, algunas incluso tan increíbles que cuesta aceptarlas en un primer momento: miedo a las arañas, a los árboles, al amor e incluso al color amarillo, elemento temido por quienes sufrimos la conocida como xantofobia o miedo al color amarillo.

El amarillo y la cromofobia

Los diversos traumas que muchas personas encierran en sí mismas esconden enlaces y conexiones con elementos que pueden crear una aversión -en principio ilógica- al cabo de los años. Uno de estos elementos puede ser el color amarillo.

Esta curiosa fobia tiene su origen en la asociación del color amarillo con un episodio traumático en el pasado, véase el color de las paredes de un cuarto en el que la persona sufrió un maltrato físico durante la infancia o el color del coche que provocó un grave accidente. Al crecer, el miedo al color responde como un estímulo de alerta que se traduce en llantos, taquicardias, temblores y mucha ansiedad ante el color del sol y los limones.

En el caso de algunas personas, la simple mención al color amarillo o la propia palabra < > puede provocar una reacción nefasta.

La xantofobia es una de las muchas patologías englobadas dentro de la llamada cromofobia o miedo al color. Un mal que, a su vez, se divide en otros muchos como la leukofobia (miedo al color blanco), o la erytrofobia (al color rojo), generalmente asociado al pavor que produce la sangre y que el realizador Alfred Hitchcock ya utilizara como recurrente en su famosa película Marnie

Según el artista David Batchelor, autor del libro Pretty: Film and the Decorative Image, el miedo la cromofobia habría surgido hace varias décadas como consecuencia de una tendencia occidental a relacionar el color con un concepto al que disfrazar de forma superficial, véase una raza étnica, un colectivo o una señal. 

Una creencia que no dista tanto de la realidad si tenemos en cuenta que el color siempre provoca un estímulo muy marcado: el rojo y el amor, pero también la sangre y la muerte; el negro y su alusión al gato negro o la oscuridad; el amarillo a una señal de alarma o la luz del foco retrovisor de un coche que se acerca peligrosamente...

La xantofobia o miedo al color amarillo es más usual de lo que pensamos, especialmente cuando cada trauma responde a diferentes elementos relacionados con ese episodio dramático que aún no hemos podido superar.

Comparte
RELACIONADOS:ViX.