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Autoestima

Dispara tu autoestima en minutos con estas 7 posturas de yoga accesibles

Publicado 26 Abr 2019 – 02:02 PM EDT | Actualizado 26 Abr 2019 – 02:02 PM EDT
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Las personas que tienen confianza en sí mismas te inspiran confianza a ti también. La confianza implica creer en tus decisiones y habilidades, así como estar en paz con tus límites, de acuerdo a Anna Coventry, una profesora de yoga neozelandesa, para Do You Yoga.

El solo hecho de asistir a una clase de yoga ─darte ese mimo a ti misma─ puede ponerte de buen humor y hacer que tu autoestima se eleve. Hacer yoga envía un mensaje positivo a nuestra mente, el mensaje de que nos importa nuestro cuidado personal.

Posturas de yoga para elevar la autoestima

Además de reconfortarnos, el yoga puede hacernos adoptar la postura ideal para enfrentar la vida con confianza. Kat Fowler, profesora de yoga internacional, cuenta:

Tenía 18 años [...] cuando empecé a practicar yoga. Estaba insegura sobre quién era, sobre el rumbo que estaba tomando mi vida, y nunca sentí que lo que hacía era suficiente. Esto se manifestaba en una mala postura: hombros redondeados y mirada hacia abajo, una posición que mantenía en un intento subconsciente de esconderme.

Practicar yoga te ayudará a conseguir una postura con la que te plantarás con más confianza en ti misma frente al mundo. Estas son algunas posturas que te ayudarán a conseguirlo:

Tadasana o montaña

Este asana te enseñará cómo mantener una postura corporal adecuada.

  1. Párate con los pies paralelos, separados levemente. Siente las plantas de tus pies como la unión de tu ser con la Tierra. Percibe tu peso sobre ellas y concéntrate en él. Equilibra tu peso sobre los pies. Destraba las rodillas.
  2. Rota la cadera como si intentaras aplanar la curvatura de la espalda baja (no la aplanes del todo y, por supuesto, no le exijas a tu cuerpo algo que no puede lograr).
  3. Abre el pecho: rota los hombros y llévalos tan atrás como puedas. La zona abdominal debe mantener una leve tensión.
  4. Lleva el mentón un poco más cerca de tu pecho.
  5. Deja los brazos sueltos a los costados del cuerpo.

Chaturanga dandasana

Déjate caer desde la montaña hacia adelante y pasa a esta postura que te ayudará a fortalecer los músculos centrales de tu cuerpo.

  1. Coloca las manos a los costados de los pies. Flexiona las rodillas para llegar a apoyar las palmas de las manos.
  2. Asegúrate de que las manos queden a la altura de los hombros y de que estén bien apoyadas en el piso.
  3. Para pasar a la postura de la plancha, puedes dar un salto hacia atrás con los pies juntos. También puedes colocarlos de a uno.
  4. En la postura de la plancha, los codos deben quedar flexionados en un ángulo de 90 grados y las manos deben quedar por debajo de ellos.
  5. Trata de mantener la postura con el cuerpo recto por 10 respiraciones. Para desarmar, apoya las rodillas en el piso y descansa con todo el cuerpo boca abajo.

Vasisthasana

Después de haber descansado, colócate de costado sobre la mat y sigue las instrucciones.

  1. De costado sobre la colchoneta, apoya uno de tus codos debajo del hombro y levanta tu cuerpo en una línea recta.
  2. Puedes permanecer en esta postura o apoyarte sobre tu mano para profundizar la postura.
  3. La fuerza debe estar en tus abdominales. Este es el secreto para mantener el cuerpo en una sola línea.
  4. Repite la postura del otro lado. Para eso, baja a la plancha (con las manos o los codos apoyados) y rápidamente repite la postura del otro lado.

Guerrero I

Estar apoyada en tus pies con el peso de tu cuerpo te dará esa confianza que necesitas para dar pasos firmes. Desde vasisthasana, pasa por la plancha para llevar uno de tus pies entre tus manos y comenzar con la postura.

  1. Colócate en postura de la plancha: cuerpo recto, manos separadas el ancho de los hombros, pies juntos.
  2. Lleva tu pie derecho entre tus manos. Apoya completamente la planta del pie.
  3. Levanta tu cuerpo desde allí y apoya el talón izquierdo en el suelo. Corrige la postura: los talones deben estar alineados.
  4. Asegúrate de que la rodilla derecha esté en la misma línea que el talón del pie derecho; además, debe estar flexionada en un ángulo de 90 grados o mayor. Si está demasiado flexionada, es indicación de que puedes separar aun más las piernas.
  5. Enfréntate a tu rodilla derecha y lleva los brazos arriba. Con cada inhalación siente tus fuerzas; con cada exhalación, profundiza más en la postura.
  6. No olvides repetirla del otro lado. Para eso, gira tus pies y flexiona la rodilla izquierda, para quedar mirando hacia el otro lado.

Silla

Es una postura que te ayudará a ganar el control sobre tu cuerpo y sobre ti misma. Desde la postura anterior, junta los pies en la parte frontal de la colchoneta para comenzar con esta postura.

  1. Colócate de pie con la espalda recta, tal como en tadasana o postura de la montaña, con los pies esta vez juntos.
  2. Levanta los brazos rectos, con las palmas de las manos juntas.
  3. Lleva la cadera hacia atrás, como sentándote en una silla. Mantén la espalda recta.
  4. Trata de quedarte en la postura por 10 respiraciones. Para descansar, vuelve a la postura de la montaña.

Perro boca arriba

Es una postura que te hace llevar los hombros hacia atrás y abrir el pecho para recibir la energía de los demás, al tiempo que te plantas en el apoyo de tus manos y tus pies.

  1. Colócate boca abajo sobre la mat. Apoya las manos en el piso por debajo de los hombros.
  2. Impúlsate hacia arriba con la fuerza de tus brazos. Deja que todo tu cuerpo se despegue del suelo, excepto los dedos de los pies.
  3. Intenta mantener la postura por 10 respiraciones pausadas.

Media luna

No hay nada que aumente más la autoestima que establecer un desafío contigo misma, trabajar para él y cumplirlo. Lograr la postura de la media luna puede ser un útil objetivo.

  1. Desde la postura de la montaña, baja y apoya las yemas de los dedos en el suelo, delante de ti. Mantén las rodillas destrabadas, pero las piernas estiradas.
  2. Lleva la pierna derecha hacia atrás, estirada.
  3. Comienza a establecer el equilibrio entre la mano izquierda y el pie izquierdo. Este debe estar completamente apoyado y en la línea de la cadera. La mano puede ir apoyada en el suelo o puedes apoyar el puño o las yemas de los dedos, e incluso ayudarte con un ladrillo. La mano debe estar debajo del hombro.
  4. Cuando estés equilibrada, puedes retirar la mano derecha del piso y rotar el cuerpo hacia un lado.
  5. Lleva el brazo derecho arriba, estirado, y extiende la pierna derecha hacia atrás.
  6. Mantén la postura 10 respiraciones y desármala volviendo lentamente a los cuatro apoyos. Descansa antes de repetirla del otro lado.

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