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Alimentación

5 alimentos que te están poniendo de mal humor y que comes TODOS los días

Publicado 8 Oct 2018 – 07:31 PM EDT | Actualizado 8 Oct 2018 – 07:31 PM EDT
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Existen alimentos que favorecen la buena digestión, propician el buen olor y hasta logran hacerte más atractivo. No obstante, debes tener cuidado de algunos comestibles cotidianos que no sólo entorpecen tu metabolismo, también representan un gran factor para que siempre estés de mal humor.

La Asociación Americana de Nutrición (ANA, por sus siglas en inglés) advierte sobre alimentos ultraprocesados que suelen ser vendidos como "saludables" y que en realidad propician la obesidad, pero hacen énfasis en aquellos que además afectan el sistema nervioso y el estado de ánimo debido a los químicos que contienen:

Refrescos dietéticos

Además de incentivar el apetito, causando un efecto contrario en todas las dietas, el aspartame que contienen estos refrescos tiene a su vez fenilalanina, la cual interfiere con la producción natural de serotonina en el cerebro.

La serotonina es la sustancia responsable de mantener en equilibrio el estado de ánimo. Una deficiencia severa de este químico conduce a la depresión y a trastornos de ansiedad.

Los expertos sugieren sustituir estas sodas con té negro o café helado.

Cereales azucarados y barras "energéticas"

No hay necesidad de erradicar todos los cereales en la alimentación diaria, de hecho son parte de una dieta balanceada y existen algunos elaborados de manera artesanal que no contienen azúcar añadida.

La cuestión está en revisar las etiquetas: más de ocho gramos de azúcar por porción es señal de alerta. Los cereales y barras que superan esa marca proporcionan gran energía temporal, pero el "bajón" después del efecto resulta en fatiga prolongada.

Lo anterior ocasiona que se liberen las hormonas del estrés (adrenalina y cortisol). Al pasar la "emoción del azúcar" y el cansancio, la ansiedad se hará presente junto a la irritabilidad.

Margarina

Al ser un alimento alto en grasas trans, los científicos se dividen al clasificarla como dañina para el estado de ánimo.

Por un lado muchos aseguran que este tipo de ácidos grasos contribuye a la inflamación y al estreñimiento, lo que invariablemente afecta el día a día de quien la consume.

En otra vertiente, están quienes aseguran que las grasas trans interfieren con los mensajes entre las células cerebrales.

En cualquier caso, el resultado es el mismo para la comunidad científica: alguien de mal humor todo el tiempo.

Los expertos en nutrición prohíben tanto la la margarina como la mantequilla natural para efectos del colesterol, pero si el paciente insiste, prefieren que consuma la mantequilla más pura que encuentre.

Frutas secas en envase industrial

Es cierto que las frutas secas a granel u obtenidas mediante proceso artesanal son snacks saludables. Pero desafortunadamente la mayoría de las veces obtenemos estos alimentos en empaques que ya contienen conservadores.

Y no sólo eso: la mayoría de estos alimentos bajo su presentación de fast food en los supermercados ya han pasado por una fábrica que les otorgó algo de glutamato monosódico (GMS) un potenciador de sabor que causa terribles dolores de cabeza, fatiga y debilidad.

Con los cacahuates y nueces es peor: la cantidad de sodio en los paquetes industriales supera por mucho la dosis diaria recomendada.

Frijoles y sopas enlatados

Gracias a la inspección sanitaria, muchas marcas de enlatados han dejado de fuera el GMS de sus productos. No obstante, hay un químico que se niega a desaparecer en la mayoría de ellos: Bisfenol A (BPA).

Diversos estudios han confirmado el efecto del BPA contribuye al bloqueo en la comunicación neuronal, al aumento de ansiedad y a lapsus de pérdida de memoria a corto plazo.

Hay una esperanza: procura las sopas o leguminosas empacadas en sobres de materiales orgánicos, el BPA se utiliza para la fabricación de los tradicionales empaques de aluminio y algunos plásticos ¡Revisa la etiqueta!

Como siempre, ANA reitera que una sopa enlatada no te matará y que un refresco dietético es un antojo que puedes saciarte de vez en cuando, la clave como siempre, es evitar los excesos.

Sin importar qué tanto te vendan un producto como "saludable", conviene revisar la etiqueta por ti mismo y si tienes dudas, consulta a un especialista en nutrición. La próxima vez piensa que tu constante enojo podría no estar relacionado a tu trabajo o a las personas que te rodean. Echa un vistazo a tus alimentos.

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