Chanel No 5 (1921)
La idea de Coco Chanel era crear 'un perfume con aroma de mujer'. Y a ello se abocó Ernest Beaux, quien eligió una suave mezcla floral con la que las mujeres se sintieron plenamente identificadas. En aquel entonces la fragancia se consideró el colmo de la modernidad, hoy es un clásico con fuertes connotaciones de refinamiento. Crédito: Getty ImagesShalimar (1925)
Desde su botella, que evoca las fuentes de Shalimar, en Pakistán, se adivina la esencia orientalista de esta fragancia. Se dice que Jacques Guerlain quiso capturar la pasión entre el Shah Jahan y la princesa Mumtaz Mahal. Valiéndose de la bergamota, el lirio y la vainilla dulce creó un exótico aroma que desde entonces han intentado imitar sin éxito otras fragancias. Crédito: Cortesía de la marcaArpege (1927)
Cuando Marie Blanche, hija de Jeanne Lanvin, probó la fragancia que su madre había encargado para celebrar su 30 aniversario, exclamó encantada que parecía un arpegio. La ilustración en la botella, que representa una madre y su hija, evidencia que es un homenaje al amor maternal. El mítico perfume es toda una sinfonía floral que contiene cerca de 60 esencias.Crédito: Getty Images / Cortesía de la marca
Joy (1935)
Una onza de este perfume contiene 10,000 jazmines y 336 rosas; no en balde es uno de los más caros del mundo. Lo paradójico es que Jean Patou lo lanzó para elevar el ánimo de las mujeres durante la Gran Depresión, convirtiéndose desde entonces en una de las fragancias más apreciadas. En 2000 la Fragrance Foundation lo declaró 'la fragancia del siglo XX'.Crédito: Getty Images / Cortesía
L’Air du Temps (1948)
La posguerra requería de un perfume ligero, opuesto a las embriagadoras esencias de la época. Así es que a Robert Ricci se le ocurrió crear una fragancia fresca, que se adaptara a la personalidad de la mujer que la usara. Su frasco con dos palomas, y declarado ' Frasco de perfume del siglo XX', lo diseñó él mismo tres años después. En 2010 Philip Starck creó una nueva versión para una edición limitada.Crédito: Paulina Soto
Diorissimo (1956)
El lirio del valle, flor que inspiró esta fragancia, era la favorita de Christian Dior y un símbolo personal de esperanza, felicidad y alegría. Junto al perfumero Edmond Roudnitska, se dedicó a desarrollar una esencia, simple y luminosa, similar a la que emanaba su jardín. El resultado fue un perfume claro y muy femenino que se ha convertido en un clásico.Getty Images
Opium (1977)
Su lanzamiento levantó gran polémica. Su aroma especiado y exótico evocaba una provocativa sensualidad. Su escandaloso nombre desató acusaciones contra Yves Saint Laurent, afirmando que además de aprobar el uso de drogas, el diseñador ignoraba la adicción que el opio había generado en China. Si entonces el escándalo aumentó las ventas, hoy la fragancia sigue siendo un gran éxito.Cortesía de la marca
Anais Anais (1978)
Su esencia floral pretendía ser la antítesis de los condimentados aromas del ' hipismo', que entonces aún estaban vigentes. Pero, sobre todo, de la mujer decidida, dispuesta a conquistar el mundo. Sin embargo, detrás de su imagen inocente y romántica se percibió en la fragancia un carácter sensual y seductivo, que llevó a relacionarla con la polémica escritora Anais Nin.Cortesía de la marca
Classique (1993)
Jean Paul Gaultier quiso reproducir los aromas que fluían del tocador de su abuela, así como simbolizar la fuerza y magnificencia de la feminidad. Lo primero lo logró con una mezcla afrutada y especiada, lo segundo, con el frasco en forma de torso femenino vestido con un corsé. Éste se convirtió en el elemento más icónico del perfume.Crédito: Getty Images / Cortesía de la marca
Flower by Kenzo (2000)
El nuevo milenio daba inicio con esta fragancia que de manera muy emotiva representa la armonía con la naturaleza. Kenzo encomendó al perfumero Alberto Morillas que 'inventara' una fragancia para la amapola, flor que carece de aroma. En el frasco, el diseñador Serge Mansau representó una amapola que se eleva hacia el firmamento bajo la protección de una estructura transparente.Crédito: Getty Images / Cortesía de la marca