Esto es lo que no sabías sobre el jardín surrealista de Edward James en San Luis Potosí
El jardín surrealista de Edward James, ubicado en Xilitla, San Luis Potosí, es un destino obligado para los viajeros que pasan por este punto.
James nació en 1907 y fue un excéntrico poeta y filántropo inglés que se relaciono con varios artistas de su época como Margitte, Dalí, Picasso y Bretón. Incluso modeló para algunas pinturas de Magritte y Dalí.
Fue nieto del Rey de Inglaterra Eduardo VII, de quien heredó su fortuna, pero James siempre se mantuvo alejado de la realeza. Con el fin de ser parte del movimiento surrealista abandonó la universidad y se mudó a Europa.
Sentía una fascinación por las orquídeas y en su búsqueda por coleccionarlas, y en uno de sus viajes a México conoció Xilitla, donde encontró un terreno en venta que le pareció ideal para crecer estas flores.
A este lugar se le han conocido de muchas formas y aunque en si no es un castillo así se le conoce. El verdadero nombre de la edificación es el Jardín Escultórico Surrealista de Edward James.
En esa época (1944) las leyes en México le prohíban a los extranjeros comprar propiedades inmobiliarias por lo que adquirió el terreno a nombre de su , Plutarco Gastelum, un indio yaqui de Álamos, Sonora, a quien conoció en uno de sus viajes a Cuernavaca, Morelos, en 1944. No hay pruebas de que James tuvo una relación amorosa con Gastelum pero todo parece indicar que así fue.
Las construcciones y dimensiones del lugar vinieron de la imaginación de James, no crearon planos o un proyecto concreto. Las esculturas fueron hechas por el carpintero José Aguilar, un campesino huasteco. Se dice que entre 80 y 200 trabajadores levantaron el lugar al mismo tiempo.
Muchas estructuras son sólo decorativas, la mayoría no tienen ninguna funcionalidad y están cubiertas de flores y plantas que James traía del todo el mundo. En la entrada hay 7 serpientes que representan los pecados capitales. El jardín contaba con su propia planta de diesel para iluminar las creaciones.
Un río y una cascada atraviesan la propiedad, que conserva gran parte de su estructura natural.
En el jardín hay diseños de muchas culturas y religiones. Uno de los elementos que más llama la atención son los triángulos, ojos y columnas, símbolo de la masonería.
James nunca intentó habitar el lugar de manera permanente, sólo fue un santuario personal que lo visitaba cada año o en ciertas temporadas. Mientras estaba fuera de México, Gastelum cuidaba del lugar
Desde la muerte de James en 1984, el jardín había sido olvidado pero una fundación compró la propiedad por aproximadamente 2.2 millones dólares.
Es un lugar único que vale la pena visitar, nadie había construido algo así y probablemente nadie lo haga otra vez.
También te puede interesar: Vive una noche de cuento de hadas en el Santuario de las Luciérnagas