Hannibal Lecter está inspirado en un asesino mexicano: te contamos la verdadera historia
Coronado como el mejor villano del cine por el American Film Institute, Hannibal Lecter dejó su huella en la pantalla grande gracias a la interpretación galardonada con el Oscar de Anthony Hopkins en The Silence of the Lambs (1991).
Este astuto caníbal es un personaje del escritor estadounidense Thomas Harris y apareció por primera vez en la novela El dragón rojo (1981). No obstante, lo que pocos saben es que Hannibal Lecter está inspirado en un doctor mexicano.
La creación de este legendario villano tiene sus inicios en un extraño encuentro que tuvo Thomas en su juventud con un médico al que el escritor llamó Dr. Salazar, quien en realidad era conocido al norte de México como 'El hombre lobo de Nuevo León', 'El médico asesino', 'El monstruo de la Talleres' o 'El vampiro Ballí'.
El hombre lobo de Nuevo León
En octubre de 1959, la ciudad de Monterrey en Nuevo León, México se conmocionó cuando el cuerpo del joven estudiante de medicina Jesús Castillo Rangel apareció minuciosamente desmembrado en una caja en un terreno baldío de la zona conocida como Rancho La Noria.
Las investigaciones llevaron a la policía a tocar la puerta del consultorio del médico Alfredo Ballí Treviño, quien ese entonces tenía 28 años.
Sin poner mucha resistencia, Ballí fue arrestado y condenado a pena de muerte –el último mexicano en recibir esta condena– por los delitos de homicidio calificado, inhumación clandestina y usurpación de profesión.
Los medios de la época afirmaban que Jesús y Alfredo sostenían una relación sentimental, la cual llegó a su trágico fin a manos de Ballí el 8 de octubre de 1959.
Después de una fuerte discusión, Ballí le aplicó una inyección de pentotal sódico a Alfredo y con un bisturí le cortó la garganta, lo desangró, lo descuartizó con sus habilidades de cirujano y finalmente colocó su cuerpo desmembrado en la caja de cartón que encontró la policía.
El encuentro entre 'El médico asesino' y Thomas Harris
Cuando el escritor estadounidense tan sólo era un periodista en sus veintes viajó al penal de Topo Chico en la ciudad de Monterrey para entrevistar a Dykes Askew Simmons, un estadounidense que viajó a México y asesinó a tres hermanos en la Carretera a Laredo.
Simmons había intentado escapar de prisión antes de la entrevista con Harris y en su intento recibió un par de disparos. Afortunadamente para el reportero, el médico de la prisión logró salvar la vida del convicto estadounidense.
Después de su entrevista con Dykes, Harris quiso conocer al doctor que procuró la vida de su entrevistado. En un ameno encuentro, el escritor conoció a «un hombre pequeño y ágil, de cabello rojo oscuro» que proyectaba cierta elegancia, a quien llamó 'Dr. Salazar'.
En realidad, el Dr. Salazar era Alfredo Ballí Treviño, quien servía de médico en la prisión mientras cumplía su condena, la cual pudo imputar y en lugar de recibir la pena de muerte únicamente tuvo que pasar 20 años de su vida tras las rejas.
En el prólogo de la edición del 25 aniversario de la novela The Silence of the Lambs, Harris confiesa que no tenía ni idea de que el 'Dr. Salazar' realmente era un asesino convicto.
Durante su conversación, Thomas pudo ser testigo de la forma tan correcta en la que se expresaba Ballí e incluso escuchó el perfil psicológico que el médico le dio sobre su entrevistado (Dykes).
Su encuentro fue tan ameno que Harris invitó a Ballí a tomar una copa o a comer si en algún momento viajaba a Texas. Ante esto, el médico contestó: «Gracias, señor Harris. Ciertamente lo haré, cuando vuelva a viajar».
Después de compartir estos momentos con Ballí, Harris le preguntó al director de la cárcel cuánto tiempo llevaba trabajando como el doctor de la prisión.
Su pregunta llevó a una respuesta que sin duda lo impactó por completo, puesto que el director explicó la otra verdad de Treviño: «El doctor es un asesino».
Al final, Harris quedó más sorprendido por la presencia de Ballí que por la del asesino estadounidense Dykes Askew. Su impresión fue tal que al final el médico mexicano figuró como una inspiración para la creación de Hannibal Lecter.
Ballí realmente no fue un caníbal, pero su elegante presencia y su forma de conversar con otros siendo un asesino impresionó a Thomas. No cabe duda que podemos ver estos aspectos en Hannibal.
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