El secreto detrás del tic más icónico del Joker de Heath Ledger
En 2008, tuvimos la oportunidad de disfrutar una de las actuaciones más legendarias del Joker gracias a Heath Ledger. El talentoso actor se comprometió profundamente con la interpretación del lunático villano de Ciudad Gótica y dejó su huella en la historia del cine, la cual fue reconocida con el Oscar de mejor actor de reparto.
Dar vida al psicótico criminal orilló a Ledger a encerrarse en un cuarto de hotel durante un mes en el que experimentó con varias voces y maneras de ser, hasta que logró crear a su personaje perfecto, el cual nos cautivó en pantalla.
Entres sus rasgos más emblemáticos destaca su frase «Why so serious?», así como chuparse los labios constantemente. Sin embargo, este tic tan característico realmente no fue parte de la construcción previa del personaje, sino que se originó durante la grabación de The Dark Knight por una curiosa razón.
El origen del tic más legendario del Joker de Heath Ledger
En comparación con otros Jokers del cine, el de Heath Ledger presumió un maquillaje de payaso mucho más desaliñado. La pintura blanca despintada, el delineador negro corrido y la sonrisa roja barrida que cubre sus cicatrices hicieron match perfecto con la personalidad maníaca que Ledger le dio a su personaje.
La tintura roja de los labios tuvo un protagónico gracias a que el actor la lamía cada vez que hablaba. No obstante, a diferencia de los muchos otros manerismos pensados y planeados para dar vida a Joker, esta acción se originó por razones meramente prácticas.
Heath Ledger se sometió a prostéticos faciales para crear las icónicas cicatrices de Joker, las cuales nacían y se sujetaban desde el interior de sus labios hacia las mejillas.
En el documental I Am Heath Ledger, Gerry Grennell, el coach de dialecto del actor, explicó que cada vez que Heath hablaba, estas prótesis poco a poco se despegaban, lo que ocasionaba que la producción tuviera un break para que Ledger fuera al departamento de maquillaje y volvieran a pegarlas.
Esta acción tomaba alrededor de 20 a 30 minutos, lo cual retrasaba las horas de grabación. Para evitar esta situación, Heath descubrió que lamer el maquillaje lograba mantener los prostéticos en su lugar durante más tiempo.
La rápida solución se convirtió en una parte emblemática del personaje. Una acción tan sencilla como chuparse los labios tuvo un impacto en su personalidad psicótica que hacía que se viera aún más amenazador cada vez que hablaba y veía fijamente a sus víctimas.
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