Bohemian Rhapsody y la polémica escena que hasta su editor detesta
Bohemian Rhapsody ganó cuatro Premios Oscar y, aunque la película no fue exactamente aclamada por la crítica, no se puede decir que esos premios no sean merecidos. Por lo menos tres de ellos.
La actuación de Rami Malek al transformarse en Freddie Mercury fue reconocida universalmente, y los premios al mejor sonido y a la edición de sonido reconocen el arduo trabajo al incorporar las canciones de Queen a la película y la voz de otro cantante en ellas.
Pero el premio al mejor montaje es otra cosa.
No se sabe qué pasó por la mente de los votantes de la Academia, pero el montaje de la película es visiblemente pobre y defectuoso, y cae en muchos errores inisibles para cualquier editor que domine medianamente el oficio. Según se ha dicho, es en muchos casos un ejemplo de todo lo que no se debe hacer a la hora de editar un film.
El responsable fue John Ottman, un antiguo colaborador de Bryan Singer —director oficialmente acreditado de Bohemian Rhapsody pero completamente ignorado y dejado de lado en todas las premiaciones (algún chiste por ahí decía que el premio al montaje era en realidad por haber «editado» a Bryan Singer fuera de todo el discurso y el debate en torno a la película)—.
Este es el primer Oscar para John Ottman, cuya filmografía incluye Los sospechosos de siempre, Apt Pupil, X2, Kiss Kiss Bang Bang, Superman Returns, Valquiria y X-Men: Days of Future Past.
La escena en cuestión
Una escena en particular se convirtió en símbolo y ejemplo cabal de los problemas de montaje de Bohemian Rhapsody.
Es esa en la que la banda conoce por primera vez a su futuro manager John Reid, interpretado por Aidan Gillen.
La escena condensa los errores en el montaje que se arrastran en toda la película.
Incluso inspiró un extenso ensayo en video sobre todo lo que está mal en su edición.
Entre otras cosas, en apenas poco menos de un minuto y medio, la escena incluye 52 cortes, excesivos e innecesarios, que interrumpen el desarrollo narrativo.
El promedio de cada toma es de menos de dos segundos, algo que suele ocurrir en las (malas) escenas de acción para simular ritmo e intensidad sin lograrlo realmente ante la cámara, pero en este caso se trata de una conversación en torno a una mesa con cinco personajes, por lo que los cortes tienen todavía menos razón de ser.
En un curso básico de montaje, lo primero que se aprendería sería que éste tiene que tener una justificación, un propósito narrativo, pero nada de esto se observa en esa escena de Bohemian Rhapsody. La mayoría de los cortes son injustificados porque no agregan ninguna información visual nueva ni tampoco están motivados por una reacción de un personaje o algo que sea necesario mostrar y no se estaba mostrando.
El responsable también la odia
Todas las críticas a esta escena fueron seguramente escuchadas por el editor John Ottman, que sin embargo no se sorprendió, porque sabía perfectamente todo lo que estaba mal en ella.
«Cada vez que veo esa escena, quiero ponerme una bolsa en la cabeza» le dijo al Washington Post en una entrevista. «Ese no es mi estilo».
Dijo que si eventualmente hubiera una versión extendida de la película en la que le ofrecieran agregar algunas de las escenas eliminadas, volvería a editar esta escena.
Según Ottman, la razón por la que el montaje es pésimo en la escena es que hayan despedido a Bryan Singer, y que haya llegado un nuevo director, Dexter Fletcher.
«Esta es una de las escenas filmadas por Fletcher después de la partida de Singer» explicó el editor. «La trama tuvo que ajustarse un poco con nuevas escenas sobre las relaciones personales de Freddie, y de repente el diálogo en el encuentro original entre la banda y su manager ya no tenía sentido».
Aparentemente, a Ottman le encargaron la tarea de hacer que la primera parte de la película «se pasara rápido» para llegar a los momentos más épicos con la banda ya formada y en su esplendor, pero resultó que en las pruebas de audiencia que hicieron, esa primera parte al público le encantó y querían ver más de los primeros tiempos de la banda.
Así que la escena quedó como estaba y no tuvo tiempo de editarla apropiadamente.
No sabemos si habrá una versión extendida, pero quizá el editor pueda redimirse en la secuela de Bohemian Rhapsody.
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