Engañan a su madre y la dan en adopción en Chile; la llevan al Bronx y 42 años después se reencuentra con su familia
Cristina Prisco creció en New York sabiendo que era adoptada. La historia que le dijeron fue que su madre era de escasos recursos y la dio en adopción en Chile, pero a sus 42 años se dio cuenta que fue adoptada con engaños y hace poco pudo reunirse con su familia biológica.
Cristina Prisco trabaja como a de la base de datos en el Distrito Escolar Central de Greenburgh en Westchester, New York, según reportó el New York Post. Tiene dos hijos y está casada. Creció como hija única.
El pasado abril, Cristina estaba en sus vacaciones de primavera cuando vio un episodio de Good Morning America donde contaban la historia de Tyler Graf, un bombero de Houston quien nació en Chile y fue ilegalmente adoptado cuando nació.
A la madre de Graf le dijeron que él murió cuando nació y que su cuerpo había sido cremado, pero en realidad fue adoptado por una familia en Estados Unidos. Tyler siempre creyó que su madre lo había dado voluntariamente en adopción.
Cristina escuchó esta historia y empezó a cuestionarse si lo que a ella le contaron sobre su adopción era real.
El padre adoptivo de Prisco era Benito Zagaglia, quién ya falleció. Viajó a Chile en 1980 cuando el país estaba bajo la dictadura de Augusto Pinochet, así que usó su pasaporte italiano para entrar.
En mayo de ese año Zagaglia llevó a su bebé, Cristina, a la ciudad de Nueva York y junto a su esposa, Ann Marie Zagaglia, criaron a su hija adoptiva.
El abogado de Graf, Anthony Clarkson, estima que en Chile entre 8.000 y 12.000 niños fueron adoptados ilegalmente o por la fuerza en las décadas de 1970 y 1980, según informó a KPRC de Houston.
Prisco entonces buscó sus documentos de adopción y ó a Tyler por medio de con Connecting Roots y Nos Buscamos. Dos asociaciones civiles que ayudan a las personas a investigar sobre sus raíces.
En los documentos encontró que su madre biológica se llamaba Laura Rosa Fuentes Cáceres. Con ese dato y su número de identificación personal pudieron ar a su familia biológica. Días después estaba en una videollamada con ellos.
“A veces aún no puedo creer que esta es la historia de mi origen y la forma en que todo se desarrolló tan rápidamente una vez que estuve en o con Tyler y Connecting Roots”, dijo Cristina Prisco en entrevista a Univisión.
“Pasó como una semana cuando yo estaba en una videollamada con mi madre y mis 8 hermanos y hermanas. Fue en un abrir y cerrar de ojos que pase de ser hija única, a tener 8 hermanos y hermanas”, agregó.
Pero al verlos, no pudo negar que se trataba de su familia. De pronto todo tuvo sentido para Prisco, pues de inmediato pudo ver que estaban relacionados.
“Las semejanzas con sus rostros, sus facciones, especialmente con mis hermanas, era algo innegable. Igualmente, con mi mamá, la forma de su cabello, el color de su cabello, sus ojos, su quijada, era igual que yo”, dijo Prisco.
Poco después, MyHeritage donó pruebas de ADN que confirmaron la parentela. Esta plataforma global de historia familiar conecta a las personas con su historia familiar a través de registros como certificados de nacimiento, de matrimonio, etc.
Pero también ofrece pruebas de ADN que les pueden ayudar a encontrar a personas que comparten un mismo ADN, es decir, a sus familiares biológicos.
“Para muchas personas, cuando ellas descubren, todo parece ser demasiado bueno para ser verdad, parece absurdo, parece demasiado”, dijo a Univisión Sarah Vanunu, directora de relaciones públicas de MyHeritage.
“Entonces Tyler le envió a ella una prueba de ADN que nosotros generamos y creo que Nos Buscamos lo envió a una mujer en Chile para verificar lo que ellos creyeron que encontraron”, agregó.
En julio pasado, junto a su madre adoptiva, viajó a Chile para conocer en persona a fu familia biológica.
“Ver a mis hermanos parados ahí, sosteniendo un letrero que decía “Bienvenida a casa, hermana”. Fue increíble sentir eso, tener ese amor de hermanos que nunca había experimentado antes”, dijo Prisco.
Y entonces tuvieron un regalo extraordinario; pasaron tiempo juntos, riendo, compartiendo historias, visitando lugares de su natal Talca, lugar donde todo sucedió cuando ella nació.
“Abrazar a mi mamá por primera vez sé que fue muy emocional para mí y lo fue para ella también. Solo imagina que la última vez que ella me vio yo tenía un día de nacida. Han pasado 42 años desde que ella pudo sostenerme de nuevo”, agregó Prisco.
Entonces Laura Fuentes le contó la verdadera historia. Cuando Cristina nació, a su madre le dijeron que tenía ictericia y que la debían dejar internada en el Hospital Regional de Talca.
La madre no podía pagar una noche más en Talca y regresó a su casa en autobús. Al día siguiente volvió al hospital para amamantar a Cristina, pero ya no estaba.
El personal del hospital le dijo a Fuentes que los documentos de alta que firmó en realidad eran papeles de autorización de adopción.
La sacaron del hospital y no tuvo los recursos económicos para buscarla. La historia solo era conocida para su hija mayor, según reportó NYP.
“Cuando escuché la historia que mi madre me contó sobre mi nacimiento y mi secuestro del hospital yo estaba en shock. No podía creer que eso le había pasado a ella, a mí. Crecí sabiendo una historia diferente”, dijo Prisco.
“Ella es la persona más fuerte que conozco. No sé cómo ella pudo vivir con eso”, dijo Prisco. “Ella siguió siendo una mamá para mis hermanos y hermanas y criándolos y eso toma mucha fuerza, voluntad y valentía y la iro por esas cualidades”, agregó.
Pero la forma en que Cristina fue separada de su lado, hizo a Fuentes preguntarse si quizá anteriormente le habían hecho lo mismo.
Antes de que Prisco naciera, en 1975, Fuentes había dado a luz en su casa a otra niña, Marcela. A los 7 meses de nacida de enfermó, la llevó al hospital y le dijeron que debían internarla.
Después de 3 semanas con mínima información sobre la salud de su hija, le dijeron que había muerto y que el cuerpo lo habían donado para investigación médica.
Pero no pudo hacer nada, no tenía certificado de nacimiento pues nació en su casa y tampoco un número de identificación.
“Pocos días después de la reunión por video llamada con mi familia, fui ada por ‘Nos Buscamos’, la organización que trabajó con ‘Connecting Roots’ en Chile para encontrar a mi familia y me contaron que tenía una hermana mayor que también estaba perdida”, dijo Prisco.
“Se presumía que también se la habían quitado a mi madre y luego fue adoptada por una familia fuera del país”, dijo.
“En ese momento mi mamá no tenía los medios para el transporte hasta el hospital porque el autobús era muy caro para que fuera todos los días y era muy lejos para ir caminando”, agregó.
Ahora toda la familia espera que puedan encontrar a su hermana Marcela.
“Creo que después de lo que le pasó a ella en el hospital cuando nací, ella pensó en eso de nuevo e imaginó que su hija no había muerto. Marcela estaba viva y había sido adoptada por una familia en otro país”, dijo Prisco.
Cristina ahora tiene un nuevo propósito, poner su grano de arena en la causa. Por eso se unió a Connecting Roots como miembro de la junta y como asistente istrativo, para ayudar a reunir a los adoptados chilenos y sus familias.
Mientras, ambas familias están aprendiendo a convivir y conocerse, sabiendo que al final, el tiempo fue recompensado.